Las cuestiones que dan que hablar sobre una botella de vino

Cada día que pasa, las personas se identifican más y más con el vino, porque les gusta, desean hacer maridajes, es bueno para la salud, les da placer compartirlo con amigos y conversar sobre ellos. La verdad, como dijo don Ricardo Santos, es que el vino está de moda y de eso hace ya 4000 años.

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Como toda bebida que da de qué hablar, —porque no es como una simple gaseosa que uno toma y jamás analiza lo que bebe—, el vino tiene su ceremonia. Pensar y considerar cosas como si descorchar un tiempo antes o no la botella para hacerlo respirar, si es necesario decantarlo, en qué copa conviene servirlo, a qué temperatura… A cada paso que se da con una botella de vino seguro que uno debe tomar sus recaudos para hacerlo correctamente y, sobre todo, para que uno realmente pueda disfrutar al máximo de la bebida que tiene ante sí. De seguro alguien querrá dar algún consejo de cómo hacerlo mejor o querrá hablar de alguna experiencia vivida con el vino que dejó cierta marca en su vida. Como se dice vulgarmente, “alrededor de una botella de vino se conversa mucho”.

Vayamos por partes. Antes de abrir la botella, y una vez abierta, siempre debemos tomar los siguientes recaudos:

- Lo primero que todo es respetar la botella, no sacudirla y, sobre todo, tenerla bien guardada.

- Antes de descorchar la botella, verificar su temperatura. Los blancos cítricos se deben servir a 7 ºC; blancos cremosos jóvenes, a 8 ºC; blancos con crianza de madera, entre 9 y 10 ºC; blancos dulces, a 12 ºC; tintos como el Pinot Noir, a 14 ºC; tintos jóvenes, entre 14 y 16 ºC; tintos añejados, a 18 ºC y el champagne, a 8 ºC.

- Descorchar el vino es un procedimiento normal, no hay mucho secreto en cuanto a ello. Si es blanco o rosado, se sirve inmediatamente; si es un tinto joven, se descorcha y se sirve después de unos 5 min (pero no es muy necesario); y si es un tinto añejado o del tipo “Grand Cru”, lo mejor es descorcharlo siempre unos 45 min antes de degustarlo.

- Decantar el vino no es muy normal en un blanco o rosado. Pero si por algún motivo el vino tiene algún aroma desagradable, pasarlo al decantador puede hacer que este o estos aromas no muy amigables se evaporen y vayan perdiendo fuerza, dejando al vino más interesante. A los vinos tintos jóvenes sin mucha madera no recomiendo decantarlos, ya que pierden inicialmente su aroma primario, que es el que ganó durante la fermentación, dejando al vino sin mucha expresión después. En cambio a los vinos que pasaron por barrica sí recomiendo decantarlos, así los aromas a roble disminuyen y van ganando los aromas secundarios que tienen casi siempre una gran importancia aromática, pero que necesitan ser “despertados” gracias al decantador. Los vinos que fueron añejados, con el tiempo fueron depositando en el fondo de la botella lo que llamamos “borra”; lo mejor, al consumir estos vinos, es separar esta borra del líquido, para que en la copa luzca mejor por ser límpido y sin material sólido en el mismo. Esta es la verdadera razón para la cual fue inventado el decantador.

- ¿En qué copa servir el vino? La verdad es que les diría —si no quieren equivocarse—, que lo mejor que pueden hacer es consultar el catálogo de Copas Riedel, hay una copa para cada tipo de vino y, en la misma, el vino se luce como el enólogo quisiera que se lo tome. Si uno no dispone de estas copas, lo mejor es usar la típica con forma de tulipán, que van a encontrar muchas en el mercado y, sobre todo, de varias marcas.

Pero les voy a sugerir algo: descorchen y después discutan, caso contrario, la botella jamás se abrirá.

Preciados lectores, ¡salud! y hasta el próximo sábado.

oligayet@hotmail.com

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