Las cremas untables más famosas

Aunque por estas latitudes no estamos acostumbrados a untar una tostada en el desayuno con otra cosa que no sea una mermelada, manteca o miel, en el resto del mundo utilizan crema de maní o de avellanas. Veamos de qué se trata.

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La mantequilla de cacahuete, también comercializada con el nombre de crema o pasta de cacahuete, es una pasta elaborada a base de cacahuete (nuestro maní) tostado y molido, aunque también puede contener otros aditivos para modificar su sabor o textura.

Este producto es muy popular en los países de habla inglesa, siendo los Estados Unidos​ su principal productor y exportador. Es un alimento muy versátil que suele incluirse en una gran cantidad de recetas, generalmente dulces. Debido a su muy bajo contenido de humedad, no necesita refrigeración.

La planta del cacahuete es originaria de Centroamérica, y su consumo data de la época de las antiguas civilizaciones precolombinas, los mayas y aztecas, quienes ya elaboraban la pasta de cacahuete y la utilizaban como remedio para el dolor de muelas en el siglo I a. C.

En 1890 se comenzó a vender una pasta de maníes molidos como un suplemento alimenticio proteínico para personas sin dentadura. En 1895, el Dr. John Harvey Kellogg creó una variedad de manteca de maní y junto con su hermano, Will Keith Kellogg, patentaron un proceso de elaboración en el que se usaban maníes vaporizados en lugar de tostados. La venta masiva comenzó en 1908 y se ha convertido en un negocio muy rentable en los Estados Unidos. Actualmente, hay muchas variedades: crocante (con trocitos de maní), cremosa (de suave textura) o compuesta, con añadido de chocolate, jalea de fruta, dulce de leche, hierbas aromáticas, vainilla, etc. El 24 de enero se celebra el Día Nacional de la Mantequilla de Cacahuete en aquel país.

Precauciones

Algunas personas son alérgicas a los cacahuetes (maníes) y su crema. Las reacciones alérgicas pueden incluir irritación de la piel, como sarpullido, roncha y eczema. También pueden aparecer síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea. Se debe desechar esta pasta cuando tenga sabor rancio, porque se puede deber a un enranciamiento de las grasas, debido a la acción de algún microorganismo.

La mantequilla de cacahuete combina bien con otros sabores, tales como chocolate, harina de avena, queso, embutidos, salsas, y varios tipos de panificados y galletas. Su versión salada suele complementarse con ingredientes, como frutas desecadas, bananas, manzanas y miel.

La crema de avellanas y chocolate

Otra crema muy popular en el mundo es la producida con pasta de avellanas y cacao. Fue inventada en Italia, al término de la Segunda Guerra Mundial, por Pietro Ferrero, dueño de una pastelería en Alba, en el distrito de Langhe, en el Piamonte, una zona conocida por la producción de avellanas. La Pasta Gianduia, creada en 1946, fue originalmente un bloque sólido, pero, en 1949, se comenzó a vender una versión cremosa. En 1963, el hijo de Pietro, Michele, renovó la receta y la rebautizó como Nutella. El primer tarro de Nutella Ferrero salió de la fábrica, en Alba, el 20 de abril de 1964. La fórmula italiana conquistó el mundo entero, y el 5 de febrero de 2007 se creó el Día Mundial de Nutella. 

En España surgió un competidor, a fines de la década de 1960, la crema Nocilla, de la cual hasta hoy existen dos sabores clásicos: original (crema de avellanas con chocolate), dúo (crema original y crema de leche). También existe en el mercado la Nocilla de almendras y una crema con el triple del contenido de avellanas. 

Podemos preparar una versión casera de esta crema, que será de avellanas o maníes, como ustedes lo deseen.

Crema untable

200 g de avellanas o maníes tostados 

150 g de chocolate negro para postres en tableta (85 % de cacao como mínimo) 

100 ml de leche (también se puede usar cualquier tipo de leche vegetal)

2 cdas. de miel de abejas o azúcar a gusto

1. Si las avellanas son enteras, se pueden poner a tostar en una sartén u horno, hasta ablandar la piel que las recubre. Luego, colocarlas sobre una servilleta húmeda y retirar suavemente la piel. 

2. Colocar los maníes o avellanas tostados en un procesador de alimentos y triturar durante unos minutos, hasta lograr una textura cremosa y con pocos grumos. Al principio pensarán que va a ser imposible, pero hay que darle tiempo. Las avellanas soltarán sus aceites y quedará una textura estupenda.

3. Añadir los 100 ml de leche y triturar nuevamente.

4. Ahora, derretir el chocolate negro en el microondas, abriendo la puerta cada 30 s para mezclarlo y que se derrita de manera uniforme. 

5. Una vez que las avellanas o maníes estén totalmente pulverizados, agregar el chocolate derretido y la miel o el azúcar al gusto, y continuar procesando para que todo se integre muy bien. 

6. Verter la mezcla en un envase y llevar a la heladera por lo menos 30 min antes de consumir.

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