La vendimia en Mendoza (III)

Esta vez un recorrido por una bodega que cotiza en los mejores mercados bursátiles del mundo: Navarro Correas, ubicada en Godoy Cruz, a solo unos pocos km de la ciudad capital de Mendoza.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

La jornada comenzó bien temprano el día 26 de marzo pasado, día de la huelga general. Esa mañana debía tomar el avión y estar temprano en el aeropuerto, ni la gente de TAM, ni la del aeropuerto ni yo mismo teníamos en claro cómo lo haría, así que decidí salir de casa mucho más temprano que lo normal, para poder llegar a tiempo. Una vez en el avión el día hizo largo, teníamos que ir de Asunción hasta Santiago y de ahí nuevamente un corto vuelo sobre los magníficos picos de la cordillera de los Andes para llegar a la ciudad de Mendoza. Una vez que alcanzamos destino todo fue muy rápido, fuimos hasta el hotel Sheraton donde estábamos hospedados y treinta minutos después partimos a visitar la primera bodega, Navarro Correas, ubicada en Godoy Cruz, a solo unos minutos del centro de Mendoza.

Navarro Correas es una excepción en el portafolio del Grupo Diageo (una de las empresas líderes mundiales en la venta y exportación de bebidas espirituosas, sus marcas son Johnny Walker, Smirnoff, Ciroc, Cardus, Oban, Lalaguvine, Ron Zacappa y tantas otras más), ya que produce vinos y espumantes y, demás está decirlo, en varias líneas, desde las más económicas (Los Árboles) pasando por la línea Colección Privada y subiendo categorías hasta llegar a su vino top, el Estructura Ultra. Realmente, para todos los paladares y, sobre todo, bolsillos.

Mucho control

Llegamos a la bodega y en la entrada el control de acceso fue bastante estricto. Seguimos enfrente y ya estaban allí el jefe de enología de la bodega y el gerente de exportaciones, ambos recibieron al grupo que venía de Paraguay y nos llevaron directamente a ver la sala donde fermentan los mostos en su proceso de transformación para convertirse en vino. Todo era muy estricto y estaba muy controlado, como en muy pocas ocasiones haya visto. Le pregunté al enólogo el por qué de tanto control y él me respondió muy sinceramente: “Diageo cotiza en la bolsa de Nueva York, Londres, Hong Kong y París, y si alguien se tropieza en esta sala o si tiene un raspón en la mano y si eso sale a la luz en la prensa nos afectaría enormemente en el mercado bursátil mundial”. Bien explicado, bien entendido.

De allí fuimos a la sala de barricas, que se encuentra a 11 m bajo el nivel del suelo, en condiciones ideales de temperatura alrededor de los 15 ºC, con una humedad por encima del 75 % y poca luz… ¿Cómo explicarlo mejor? Exactamente lo que toda bodega debe soñar con tener y también el sueño de la gran mayoría de los que realmente cuidan el vino. Esta sala bajo suelo estaba colmada de barricas bordelesas de 225 litros de vino cada una. Donde uno miraba, allí estaban. Hice un cálculo rápido: más de mil barricas, a mil euros la pieza y conteniendo unas 300 botellas por barrica. Allí en ese lugar bajo tierra había más de cuatro millones de dólares, una verdadera fortuna, y había más aún en la bodega nueva, situada a 25 km de ese sitio.

Degustación

Después de la explicación de cuál era la mayor función de las barricas, procedimos a subir nuevamente e ir a degustar los vinos de Navarro Correas. Comenzamos con algo lógico, un espumante Extra Brut, rico y seco. Seguidamente, degustamos un NC Chardonnay Reserva, un vino que me gustó bastante, ya que encontramos en él todas las características de un vino del mismo varietal, pero de origen de los EE.UU., pero este, al ser argentino, por supuesto no solo tenía calidad, sino que su precio es muy conveniente.

El tercer vino es un clásico de los clásicos para el terroir de Mendoza, un NC Malbec Reserva, muy bueno y agradable.

El cuarto vino en la degustación fue el Alegoría Cabernet Sauvignon, para mí, en su categoría, uno de los mejores que encontramos en el mercado por su relación calidad-precio.

Por último, el vino ícono de la casa Navarro Correas, el Estructura Ultra, un vino blend con mezcla de las tradicionales uvas de Burdeos y madera francesa nueva.

La verdad es que la pasamos superbién y nos agasajaron inclusive con una fantástica cena de finger food. Gracias Wines & Spirits por esta linda experiencia. Salud y hasta el próximo sábado.

Nos llevaron directamente a ver la sala donde fermentan los mostos en su proceso de trasformación para convertirse en vino. Todo era muy estricto y estaba muy controlado, como en muy pocas ocasiones haya visto.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...