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Esta hierba es originaria de la India, donde es una planta sagrada. En el hinduismo, la albahaca es venerada como la encarnación de Lakshimi, la esposa de Visnú, y una de las deidades más importantes de la religión. Es llamada “la incomparable” y la “madre de las medicinas de la naturaleza", entre otras cosas, y se la puede ver creciendo en las afueras de los templos hindúes.
Hace muchísimos años llegó a los pueblos mediterráneos y de ahí su gran utilización en Grecia, en la Provenza francesa, y en Italia. La trajeron primero los griegos y luego los romanos. En el antiguo Egipto la utilizaban en el proceso de momificación. Para los romanos era el símbolo de los enamorados. Sigue siendo muy apreciada en todo el mundo como una planta que puede curar el cuerpo, la mente y espíritu. Pero con todas las posibles implicancias espirituales aparte, esta hierba, sin dudas, aporta numerosos beneficios a la mesa.
En la cocina
Su sabor es increíble en ensaladas y especialmente con un tomate madurado al sol. Se obtienen los mayores beneficios cuando se come cruda, y se agrega al final de las comidas, sin cocinarla. La albahaca es buena no solo con tomates sino también con pimientos, morrones, berenjenas y zucchini; en ensaladas, pizzas y salsas para pastas; con pollo, pescado, huevos, e incluso bifes de carne asada.
Las hojas más perfumadas son aquellas que se sacan poco antes que florezcan, ya que contienen una mayor cantidad de sustancias oleosas que determinan su aroma; sus hojas más viejas tienden a tener un sabor más picante.
Para mantener la albahaca fresca el mayor tiempo posible sin tener que secarla (y perder algo del sabor), pruebe congelarla. Para cocinar o usar en ensaladas, haga puré de albahaca en un procesador de alimentos y agregue un poco de aceite virgen extra de oliva, lo suficiente como para hacer una pasta. Envuélvalo en una bolsa de plástico o colóquelo en un pequeño tupper para congelarlo. Entonces, cuando lo necesite, simplemente puede romper un trozo y utilizarlo en cualquier época del año.
FICHA TÉCNICA
Albahaca, basílica o alhábaga (Ocimum bacilicum), Basil (inglés), Basilikum (alemán), manjericão / basílico / alfavaca (portugués), Basilico (italiano), Basilic (francés), Asubiote / alfábega (gallego).
Existen más de 40 variedades de albahaca. Los más usados son la “albahaca genovesa”, de un perfume agudo, y la “napolitana” con la hoja en forma de lechuga, más delicada y con leve aroma a menta. Otras variedades incluyen albahacas moradas con hojas dentelladas y la “mamut” que tiene hojas larguísimas y es el tipo más apto para ser secado.
La albahaca contiene grandes cantidades de fitonutrientes y flavonoides que son antioxidantes que poseen propiedades antiinflamatorias. Es rica en minerales como el hierro y manganeso, y entre sus componentes activos posee aceite esencial aromático, taninos, glucósidos y saponina, con propiedades tónico-gástricas, antisépticas, antiespasmódicas y expectorantes.
Ñoquis de papa con salsa verde
Para 4 personas
200 g de espinacas congeladas; 2 mazos de albahaca fresca; 30 g de nueces picadas; 100 g
de crema de leche; 30 g de queso rallado; 500 g de ñoquis de papas; sal y pimienta.
1. Lavar la albahaca y cortarla con las manos. Ponerla en una procesadora junto con la espinaca cocida y la crema. Moler todo hasta formar una pasta.
2. Poner la mezcla en una sartén junto con las nueces picadas y calentar a fuego medio; salpimentar a gusto. Reservar. 3. Hervir los ñoquis en abundante agua caliente. Retirar con espumadera apenas suben a la superficie y servir con la salsa. Espolvorear con el queso rallado. Decorar con el queso y hojas de albahaca fresca y servir inmediatamente.