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Si el cuerpo no tiene suficiente hierro, produce menos glóbulos rojos o muy pequeños. Estos se encargan de llevar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Sin el hierro, la sangre no puede transportar oxígeno eficazmente y se produce la anemia ferropénica.
Las causas
Aparece por el consumo insuficiente de alimentos ricos en hierro, un aporte inadecuado de hierro, mala absorción, aumento de las necesidades de hierro (en períodos de lactancia, embarazo, menstruación abundante) o incremento de la eliminación de hierro. En este último caso, puede deberse a hemorragias por úlcera péptica, várices esofágicas, periodos menstruales prolongados; cáncer de esófago, estómago o colon. El uso prolongado de ácido acetilsalicílico también puede causar sangrados.
Los síntomas
La deficiencia de hierro causa una gran variedad de síntomas, como aumento de riesgo de padecer infecciones, falta de concentración, dolores de cabeza, fatiga e irritabilidad. Las personas anémicas parecen siempre cansadas, pueden presentar caída del cabello, palidez, y debilidad en el cabello y uñas. En casos más graves pueden observarse dificultad respiratoria, color azul en la esclerótica de los ojos, mareos, pérdida de peso, sangrado menstrual abundante, dolor en la parte superior del abdomen (debido a las úlceras) y heces oscuras, alquitranadas o con sangre.
El diagnóstico
El médico solicita la realización de exámenes de sangre para obtener las mediciones de glóbulos rojos (hematocrito y hemoglobina) y verificar los niveles de hierro. Otros exámenes para buscar la causa de la deficiencia de hierro abarcan la colonoscopía, endoscopía de vías digestivas y estudio de sangre en heces.
El tratamiento
Antes de iniciar el tratamiento, hay que hacer una valoración correcta de las causas de la anemia persistente. A veces, la falta o déficit de un factor intrínseco en el estómago dificulta la absorción del hierro. También es importante no abusar de alimentos ricos en taninos (café, té, vino, otros) que pueden interferir en su absorción. El consumo de suplementos de hierro y alimentos ricos en este mineral es importante para el tratamiento de la anemia ferropénica. El médico indicará las dosis necesarias según el cuadro de afección que presente el paciente. Las mujeres embarazadas y lactantes necesitan hierro adicional debido a que su alimentación normal generalmente no ofrece la cantidad requerida.
La prevención
Todo plan de alimentación debe incluir suficiente hierro. Las carnes rojas, el hígado y la yema de huevo son fuentes importantes de este elemento. La harina de trigo, el pan y algunos cereales están fortificados con hierro para garantizar su consumo. El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, recomienda que, para mejorar la absorción del hierro contenido en las verduras, estas deben ser consumidas con frutas ricas en vitamina C, como acerola, pomelo, limón, naranja, mburucuyá, mandarina, guayaba, ciruela, kiwi y frutilla.
Grandes Fuentes de hierro
Pescado, pollo, pavo, lentejas, arvejas, porotos secos, carnes (principalmente el hígado), manteca de maní, yema de huevo, soja y pan integral. También son fuentes de hierro la avena, uvas pasas, ciruelas pasas, espinaca, berro y otras verduras.