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La exactriz californiana Meghan Markle (36) y el príncipe Harry de Inglaterra (33) protagonizaron una boda de película, que se transmitió al mundo entero. Lo que no se vio fue la fiesta que ofreció la reina Isabel II luego de la ceremonia, un banquete nupcial para 600 comensales en el salón San Jorge del Castillo de Windsor. El Palacio de Kensington ha dado a conocer el menú completo servido en esa recepción.
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La selección de entrantes estuvo conformada por sofisticados y exquisitos canapés: langostinos escoceses envueltos en salmón ahumado con crème fraîche cítrica, espárragos ingleses a la parrilla envueltos en jamón de Cumbria, panna cotta de arvejas de jardín con huevos de codorniz y salsa de limón, tarta de albahaca y tomate con perlas balsámicas, pollo guisado en salsa especiada de yogur con damascos tostados, espárragos tibios con mozarela y tomates confitados y croquetas de cordero de Windsor confitado con verduras asadas y mousse de echalotes.
Platos de fondo
Seguidamente, el chef Mark Flanagan y su equipo, formado por 20 cocineros, han deleitado a los invitados con Fricasé de pollo con champiñones y puerros jóvenes, risotto de arvejas y menta con aceite de trufa y chips de queso parmesano, y lomo de cerdo de Windsor asado durante 10 h acompañado con compota de manzana y chips de batata. Todo ello regado con una rigurosa selección de vinos, champagnes franceses y refrescos. Los medios británicos estimaron que serían necesarias unas 17.000 copas de champán y vino durante el convite. Se calcula que, como mínimo, se abrieron 650 botellas de vino, así como unas 1700 de champán Pol Roger Brut Reserve Non Vintage y 1200 de whisky de distintas marcas, con un valor aproximado de unos 220.830 euros (G. 1.457.478.000), solo en bebidas. El postre eran macarones de champán y pistacho, tarteletas con creme brulée de naranja y minitartitas de ruibarbo y crumble.
La torta de bodas
Era una obra de arte de la repostera californiana Claire Ptak, quien ha elaborado una torta nupcial de limón y jarabe de saúco extraído de los árboles que la reina posee en su residencia en Sandringham. La foto de la torta, orgánica y con los sabores de la primavera como toque principal, la difundió el Palacio de Kensington poco después de que diera comienzo el almuerzo. Se esperaba una torta de ocho pisos, como la que se sirvió en la boda de los duques de Cambridge, pero la novia prefirió algo más sencillo y liviano, ya que la masa es una ligera espuma de limón, rellena con un lemon curd y decorada con merengue suizo y 150 flores frescas comestibles, todas ellas británicas, incluidas peonias y rosas.
Broche de oro
Además de los discursos del príncipe de Gales (padre del novio) y de los duques de Sussex, como se conocerá de ahora en más a la pareja, los asistentes han podido disfrutar de una actuación a cargo de sir Elton John, gran amigo de Diana de Gales y uno de los invitados a la ceremonia. Fue, según Kensington, el propio príncipe Harry quien pidió al artista que tocara para ellos durante la recepción. Broche final para una dignísima boda real.