Cargando...
Cada uno tiene sus características y propiedades que hacen que sea más adecuado, según el destino que se vaya a dar al envoltorio o alimento a envolver. En la página web de Directo al paladar hicieron una investigación sobre el tema y estos son los resultados.
El papel aluminio
Antes se lo llamaba papel de plata y es uno de los productos más tradicionales para la conservación de alimentos. Ventajas: es un material ligero y muy manejable, ya que se adapta a la forma del alimento que vamos a envolver. No deja pasar la luz ni humedad y mantiene en su interior los aromas del alimento. Inconvenientes: además de su impacto ambiental, ya que no es fácil de reciclar, no deja ver el contenido del paquete ni permite descongelar directamente en el microondas al ser metálico.
El film transparente
Elaborado con polietileno, es ideal para envolver productos con formas irregulares dada su flexibilidad.
Ventajas: al ser transparente, permite ver lo que hay dentro del paquete, por lo que es práctico tanto para la heladera como para el freezer. Además, es impermeable, evita el paso del aire y la humedad al alimento envuelto. Igualmente, se puede utilizar para envolver arrollados de carnes que luego serán cocidos en agua hirviendo o al vapor, en la olla a presión, por ejemplo.
Inconvenientes: algunos sugieren la posible transferencia de sabor de plástico al alimento, en especial cuando es graso y no se puede usar para cocinar en el horno o la parrilla por el riesgo de que se funda el plástico. Además, muchas veces, es difícil de manejar; se queda pegado y cuesta cortarlo de forma uniforme.
¿Cuándo utilizarlos?
Aunque en muchos casos es indiferente usar uno u otro producto para envolver, estas son algunas recomendaciones:
Sándwiches: sin duda, es mejor el papel aluminio porque mantiene el pan crujiente, mientras que, envuelto en plástico, se ablanda y vuelve gomoso.
Verduras: si cortamos una cebolla o un zucchini y nos sobra un trozo, se conserva más fresco durante unos días si lo envolvemos –al menos la zona del corte– con film plástico, ya que este queda bien pegado y adherido, impidiendo que entre el aire o frío de la heladera. Con el film de cocina no se reseca y podemos ver qué es lo que está envuelto. Si usamos papel aluminio, probablemente, nos olvidemos que teníamos ese trozo sin usar en la heladera.
Carne o pescado fresco: el papel de aluminio mantiene la humedad y evita la proliferación de olores en la heladera. Esto vale para uno o dos días, ya que después se habrá consumido el producto o se lo congelará, en su caso. El film transparente tiene menor rigidez; los filetes o trozos de pescado o carne no son tan cómodos de manipular como cuando se los envuelve con aluminio.
Embutidos y quesos: el papel aluminio funciona mejor en fiambres y embutidos, ya que al ser alimentos grasos no transfieren tanta grasa al metal como al plástico. Para los quesos, el film plástico evita mejor el paso del aire y que se resequen una vez cortados.
Sobrantes de comida cocinada: en este caso, el film plástico aísla mucho mejor el contenido del plato del exterior, evitando bacterias y contaminaciones, así como que los olores inunden la heladera. Además, los alimentos conservan su humedad en una especie de microclima.
Salsas: tanto las salsas cremosas ligeras como las más espesas, como la bechamel, agradecen una capa de film plástico pegado directamente sobre la superficie, para evitar que se haga una costra al resecarse la superficie, función que el papel aluminio no cumple debidamente. Esto también se puede hacer con la crema pastelera y otras salsas similares.
Congelar alimentos
En general, el plástico tiene la ventaja de ser más hermético y estar más pegado al producto, impidiendo que entre aire o humedad y se formen cristales de agua dentro del paquete. Si usa el papel aluminio, conviene colocar etiquetas que indiquen el contenido y la fecha de congelación, para no olvidar los alimentos dentro del congelador. El principal inconveniente del aluminio es que, muchas veces, se pega al producto, por lo que lo ideal sería envolver primero la comida con film transparente y, luego, cubrirla con papel aluminio.