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Entre los numerosos beneficios que aportan las frutas, podemos destacar su riqueza en fibra, que aporta saciedad, reduce el apetito; ayudan a prevenir el estreñimiento al mejorar el tránsito intestinal; son depurativas, ayudan a depurar el organismo y a desintoxicarlo. Además, favorecen a retrasar el envejecimiento, facilitando la eliminación del ácido úrico alto y el colesterol alto.
Las frutas son indispensables para la salud y bienestar del cuerpo humano, especialmente por el aporte de vitaminas, minerales y sustancias de acción antioxidante. Junto con las verduras y hortalizas, son casi fuente exclusiva de vitamina C. La gran diversidad de especies, con sus distintas propiedades organolépticas (aquellas que apreciamos mediante los sentidos, como el sabor, aroma, color y textura) y la distinta forma de prepararlas, hacen de ellas productos de gran aceptación por parte de los consumidores.
Grupos de frutas
Neutras: Se caracterizan por ser las más ricas en proteínas, vitaminas, sales, minerales y oligoelementos. Tienen un alto contenido de grasa, fósforo, potasio, azufre y proteínas que fortalecen considerablemente los sistemas muscular e inmunológico.
Ellas son: aceituna, avellana, coco, maní, cacao, aguacate, castaña, almendra, nuez y macadamia.
Dulces: Constituyen el grupo más amplio y se caracterizan por no contener ácidos. Son frutas ricas en vitaminas A, C, E y el complejo B12 y B15.
Ellas son: yvapuru, damasco, banana, higo, cereza, acerola, chirimoya, granada, grosella, melón, níspero, mamón, pera, remolacha, sandía, uva dulce y manzana roja.
Ácidas: Por su alto contenido de ácidos y complejos son excelentes para purificar la sangre, bajar el colesterol, los triglicéridos y el ácido úrico, además son ideales para bajar de peso. No todas contienen ácido cítrico, como es el caso de la piña.
Ellas son: piña, kiwi, mburucuyá, mora, naranja, uva, limón, pomelo, toronja y arándano.
Semiácidas: Tienen un contenido considerable de ácidos menos fuertes, su sabor es más suave y son ricas en proteínas de alto valor biológico.
Ellas son: tomate, mandarina, granada, durazno, frutilla, manzana verde, ciruela, guayaba, membrillo, mango, frambuesa y lima.
Para tener en cuenta
Actualmente es posible disponer de la mayoría de las frutas en cualquier época del año. Aun así, es mejor adquirir en su momento las frutas propias de cada estación.
1. Las frutas frescas no necesitan condiciones especiales de conservación (basta con lugares frescos, secos y protegidos de la luz solar), aunque pueden ser guardadas en la parte menos fría de la nevera, siempre aisladas de otros alimentos para aumentar su vida útil.
2. No se deben guardar juntas frutas de corta conservación (bananas, peras, otras) con las de larga conservación (cítricos, manzanas, otras), ya que pueden producirse sabores extraños y deteriorarse más fácilmente.
3. Cuando se dispone de más fruta de la que se puede consumir o se desea degustar una fruta de temporada en otra época del año, se puede recurrir a la congelación. Las frutas más adecuadas para la congelación son: piña, manzana, pomelo y frutilla (no más de 6 meses). Por el contrario, no son idóneas las cerezas ni las ciruelas de color claro, las uvas y casi todas las frutas tropicales. Respecto al grado de maduración, generalmente la fruta se considera apta para la congelación cuando ha alcanzado el momento apropiado para su consumo fresco.
4. Lavar siempre abundantemente las frutas bajo el chorro de agua fría y limpiando con esponja la cáscara para retirar todo resto de hongos, tierra y pesticidas.