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Esta es una realidad que ha impulsado enormemente la región norte del vecino país y la famosa Ruta 40, que a esa altura de la Argentina está llena de aventureros en 4x4 y motos de gran cilindraje que recorren los hermosos valles, paisajes y viñedos. Por supuesto, acompañan la hotelería, gastronomía, servicio y cultura, para que todo ello sea realmente una gran “experiencia”.
Cafayate tiene uno de los resorts más bellos de la Argentina, “Estancias de Cafayate” se llama, con una cancha de golf de 18 hoyos, hotelería de primera, como “Grace Cafayate”, canchas de polo y, por supuesto, viñedos. En ese hermoso complejo, varios de los más famosos actores de Hollywood han edificado sus casas, teniendo la facilidad de contar con el aeródromo Gilberto Lavaqué, que tiene una pista que se puede utilizar al 100 % todo el tiempo (no puedo identificar si es de concreto o asfalto) para poder llegar en sus vuelos privados, ya que los vuelos comerciales solo llegan hasta la ciudad de Salta, ubicada a 190 km de distancia.
Son varias las inversiones extranjeras en esta pintoresca ciudad, la gran mayoría de ellas proveniente de los Estados Unidos. Un ejemplo de ello es la Bodega Piatelli, que tiene solo cuatro años, y hoy en día es todo un símbolo para el turismo en la zona y que, sin dudas, hay que visitar.
Visita a la bodega
Piatelli está totalmente preparada para recibir a los turistas, ya que hay varias actividades para realizar. El grupo que me acompañaba tenía varias, pero tuvimos un hermoso contratiempo (nos quedamos demasiado tiempo en Yacochuya), lo que no nos permitió hacer todas las actividades marcadas. No obstante, tuvimos la oportunidad de degustar los vinos y, además, pasar un fantástico momento sentados en la mesa y disfrutando del almuerzo que teníamos programado en la bodega.
Degustación
Todo comenzó con el servicio de un espumante a base de Chardonnay, elegante y muy bien vinificado, que —sin querer— vino con una panera de panes caseros que se terminó de inmediato, una tras otra las paneras continuaron viniendo y fueron muy apreciadas. A continuación, probamos por supuesto su vino Torrontés, un clásico que hizo maridaje muy bien con el primer plato, Quinoa roja con queso de cabra. Ya para el plato siguiente, nos sirvieron un vino Rosado de Malbec con unas Mollejas asadas, uno podía disfrutar del aroma del vino, su acidez casi perfecta, que derretían en boca las mollejas.
Seguidamente, llegó el vino Malbec de altura, gran estructura, potencia, mucho color, se sentía el alcohol, pero también es ligeramente dulzón, debido a la gran exposición al sol de las uvas, lo que permitió que produzcan un poco más de azúcar que un Malbec de alturas más bajas. Este Malbec lo probamos con una costilla asada sobre una salsa de morrones, acompañada de un milhojas de papas, que realmente quedaba espectacular.
El cuarto paso del día fue el postre, que vino maridado con un vino de cosecha tardía; todo estaba perfecto. Nos relajamos, admiramos el paisaje y, por supuesto, terminamos con un buen café y disfrutando del atardecer.
Ese día fue espectacular: un viñedo y dos bodegas. Es como todos se lo esperaban, clima ideal, fresco de mañana, sol y templado a la tarde.
Apreciados lectores, ya les contaré un poco más de nuestras aventuras por las alturas, y queden atentos a nuestro próximo viaje en noviembre. ¡Salud!, hasta el próximo sábado y ¡Vive la France!