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* Para que duren más, se deben elegir tomates en un término medio: que no estén verdes, pero tampoco demasiado maduros, sin marcas, golpes o la piel lastimada.
* Se guardan en bolsa plástica agujereada dentro de la heladera. El fruto maduro se conserva de 3 a 7 días en la heladera. Si está aún un poco verde, puede durar hasta 3 semanas.
* Cómo pelar el tomate. Simplemente hay que hacerle un corte en forma de cruz en la base y sumergirlo en una olla con agua hirviendo por unos instantes. Cuando la piel comienza a levantarse se retira, se refresca con agua fría y basta con tirar con suavidad de ella para obtener un tomate crudo pelado y listo para utilizar.
Tomates asados
Uno de los métodos más eficaces de conservación de alimentos es el desecado, ya que la extracción de agua de los tejidos de los alimentos impide el crecimiento bacteriano.
1 kg de tomates maduros; 2 cdas. de aceite de oliva; spray vegetal; tomillo fresco; laurel; sal y pimienta, a gusto.
1.- Cortar los tomates en cuartos si son de tamaño grande, o al medio. 2.- Colocarlos en una fuente de horno rociada con spray vegetal y salpimentar. 3.- Esparcir tomillo fresco y laurel, y rociar el aceite de oliva. 4.- Cocinar en horno ultrasuave durante 2 horas. (Si su horno calienta mucho aunque esté al mínimo, déjelo con la puerta abierta. 5.- Dejar enfriar y guardar en frascos hasta 2 meses.
Conserva de tomates
2 kg de tomates; 1 cda. de sal por cada litro de agua.
1.- Seleccionar tomates sanos y medianos. Pelarlos. 2.- Acomodarlos bien apretados en frascos chicos. Agregar la salmuera fría dejando espacio libre arriba. 3.- Tapar y esterilizar durante 30 minutos a baño María con un paño, o por 15 minutos en olla a presión.
Tomates freezados
2 kg de tomates. Bandejas de telgopor, papel film transparente, bolsas para freezer.
1.- Seleccionar los tomates maduros y de tamaño similar. 2.- Pelarlos. 3.- Disponerlos sobre una bandeja forrada con papel film y llevar al freezer. 4.- Cuando estén duros, traspasarlos a bolsas especiales para freezer. Se conservan hasta 12 meses.
Puré de tomates
2 kg de tomates; 1 cta. de sal.
1.- Pelar los tomates, cortarlos en cuartos, extraer las semillas y los cabos. 2.- Colocarlos en una cacerola con una cucharadita de sal fina, sin agua, y cocinar a fuego muy bajo hasta que se forme un puré seco. 3.- Llenar los frascos, tapar herméticamente y esterilizar durante 30 minutos a baño María con un paño, o por 15 minutos en olla a presión. Se conservan hasta 12 meses.
Salsa de tomates para conservar
Tomates maduros; albahaca fresca; sal; cebollas; aceite; nitrato de sodio, c/n (se consigue en farmacias).
1.- Cortar los tomates en mitades o cuartos, según el tamaño, y colocarlos en una olla grande de acero inoxidable. Agregar algo de agua, alguna cebolla cortada en cuartos y hojas de albahaca. Llevar a ebullición y dejar cocinar el tiempo necesario para que los tomates se ablanden del todo. Sacar del fuego y dejar entibiar. 2.- Pasar por un cedazo para retirar semillas y el hollejo. La salsa quedará muy acuosa, así que tiene que ser puesta nuevamente al fuego moderado, para espesarla al punto justo. 3.- Una vez obtenida con su justo espesor, mezclarle una cantidad de nitrato de sodio; generalmente varía entre 5 y 10 g por cada 10 litros de salsa. Con este método directamente puede envasar la salsa en frascos, con unas hojas de albahaca, y cubrir la superficie de la salsa con aceite de oliva u otro de buena calidad. Cerrar herméticamente y guardar en lugar fresco, limpio y oscuro.
Mermelada de tomates
Tomates maduros; azúcar; el jugo de un limón, esencia de vainilla y clavo de olor.
1.- Pelar los tomates, cortarlos por la mitad y retirar las semillas. 2.- Ponerlos boca abajo en un colador grande o rejilla durante media hora, de manera que suelten todo el jugo. 3.- Pesar la pulpa. Picar finamente y colocarla en una cacerola con el mismo peso de azúcar. Agregar la esencia de vainilla, el jugo de limón y los clavos de olor.
Dejar reposar por una hora. 4.- Al cabo de ese tiempo, llevar la cacerola al fuego, dejando hervir hasta que tome punto de mermelada. Se reconoce poniendo un poco de dulce en un platito y dejándolo enfriar. Si está brillante, transparente y algo espeso, es señal de que ha alcanzado su punto. Dejar entibiar y guardar en frascos de vidrio esterilizados.