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HUMAITÁ, ÑEEMBUCÚ (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Hermosos edificios de tiempos prósperos que actualmente están en completo abandono por las autoridades locales se observan en el casco urbano de la histórica ciudad de Humaitá.
Las construcciones ruinosas son producto de la “hégira” de su población por la falta de oportunidades laborales en su comunidad.
Los anuncios de pavimentación del acceso deberían impulsar a la Comuna a encarar un plan de revitalización de la ciudad, que incluya la preservación del patrimonio histórico y arquitectónico.
Los gobiernos de los primeros tiempos de la etapa independiente fortalecieron a Humaitá como uno de los principales puertos y punto estratégico de la defensa nacional.
Luego de los trágicos años de la Guerra Contra la Triple Alianza, el pueblo volvió a recuperar su dinamismo, convirtiéndose en eje del comercio en el sur del Paraguay.
Del señorío de las ostentosas edificaciones que recuerdan un pasado floreciente, solo quedan ruinas con un aspecto fantasmal, similar al que presentaba en los años posteriores al bombardeo de las fuerzas de la Triple Alianza.
En poco tiempo reimpulsó su puerto y se convirtió nuevamente en el centro de la economía del sur, con industrias y un comercio envidiable.
Con el cierre de estos, la actividad económica se limitó a los cultivos agrícolas y la ganadería, lo que generó una gran corriente migratoria.
La crisis del algodón, que se dio hace algunas décadas, ahondó la difícil situación, provocando la salida de las familias del área rural.
Las numerosas taperas que se observan en las compañías son el claro testimonio de la quiebra de la economía de las familias campesinas.
Se espera que las autoridades municipales encuentren fórmulas creativas para reimpulsar un distrito que tiene un alto valor histórico y convertirlo en un polo de desarrollo turístico dando a conocer el pasado glorioso del país.
Con la pavimentación de su acceso, Humaitá debería convertirse en una ciudad turística, generando ocupación para evitar la migración de sus jóvenes.