Un ejemplo de vida y de trabajo

SAPUCÁI, Dpto. de Paraguarí (Aldo Lezcano, corresponsal). Parte de la gran cantidad de piñas que se venden en los mercados del departamento de Paraguarí son frutos del esfuerzo de Crecente Torres Villalba (52), uno de los mejores productores del rubro. Pese a habérsele amputado una pierna, se constituye en ejemplo de vida y de trabajo.

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Crecente trabaja en la producción de la deliciosa fruta en la cima del Cerro Rokê. A pesar del impedimento físico, es muy activo y como prueba muestra sus manos callosas y su piel curtida.

Cree que quizás “sea cosa del destino, una prueba difícil en la vida” su problema físico. Recordó que era inquieto con proyección futurista por lo que siendo muy joven fue a trabajar en el Alto Paraná, donde el caracol de un silo le arrebató la pierna derecha.

No estuvo lejos de la muerte y cuando se recuperó volvió a su valle, donde formó una familia. Le prometieron trabajar de sereno en la Gobernación de Paraguarí en la era de la transición, pero le mintieron. “No tenía otra alternativa, mi única chance estaba en la chacra, por lo que tuve que dedicarme de lleno, pese a mis dificultades, pues tenía que alimentar, vestir y educar a mis tres hijos que eran menores”, manifestó.

La vida de Crecente se volvió casi normal; en la chacra la muleta sustituye por azada para carpir, limpiar y cuidar los rubros de consumo y de renta. Fleta un camión y completa las diferentes cargas con otros vecinos para abastecer a los mercados del departamento.

Por gentileza de un amigo comerciante baja la camionada de piña en la esquina del mercado y ordena fruta por fruta para que la forma de exhibición sirva de “anzuelo”.

Su familia ayuda en el ingreso con la venta de mandioca, batata, zapallo y otros rubros frutihortícolas en un pequeño puesto de venta al costado de la ruta Paraguarí-Villarrica.

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