Talabartería, oficio que se resiste a desaparecer en Encarnación

La talabartería, un tipo de artesanía tradicional, se resiste a morir en Encarnación. El artesano Juan Ramón Guerrero junto a su familia mantienen vivos este oficio desde su humilde taller en el barrio Pacú Cua. Se trata del último lugar que todavía existe, porque los demás cerraron hace años, tras la muerte de sus dueños, según recordó.

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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). El taller es pequeño y cuenta con algunas máquinas de costura, abrochadoras y una mesa grande. En el sitio trabajan Juan Ramón Guerrero, su esposa y sus dos hijas, quienes elaboran todo tipo de prendas y utensilios de cuero y nylon.

“Nuestro fuerte es fabricar artículos para uso de mascotas, tenemos clientes mayoristas que distribuyen en la ciudad y otros puntos del país”, expresó Guerrero.

Indicó que los artículos de mayor salida son collares para perros, pecheras, bozales, portaherramientas que utilizan los trabajadores de la construcción, vainas de cuchillos y machetes, carteras, entre otros.

Comentó que desde hace poco tiempo se incorporó al equipo un trabajador, Calixto Cuenca (42), quien es compañero de aprendizaje del oficio, de cuando eran todavía unos niños, dijo.

“Fuimos aprendices cuando éramos unos niños de 11 y 12 años en un taller de talabartería que perteneció a Horacio Maidana (ya fallecido), padre del exintendente de Encarnación Joel Maidana. El hombre tenía su taller en la calle Antequera y 25 de Mayo. Hoy ya ni la casa existe. Ahí aprendimos el oficio y seguimos hasta ahora”, señaló.

A su turno, Calixto Cuenca señaló que luego de ser mayor de edad se fue a la Argentina, donde trabajó por muchos años en una fábrica de botas de cuero, de un empresario italiano. Hace un tiempo perdió su fuente laboral debido a que la fábrica cerró y se vio obligado a retornar, según comentó.

Añadió que el oficio de talabartero lastimosamente está en vías de extinción, porque no hay continuadores, “los jóvenes de hoy en día no quieren perder el tiempo. No se quieren tomar el tiempo para aprender. Este es un oficio que lleva su tiempo aprender y requiere mucha paciencia”, añadió.

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