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Desde diciembre del año pasado hasta agosto de este año fallecieron cinco personas en ese sector, dos de ellas, la semana pasada.
Varios factores desencadenan: la imprudencia de los que circulan a alta velocidad en la curva, los reductores de velocidad que ya perdieron su vida útil y un registro cloacal de Essap hundido que se convirtió en peligrosa trampa para motociclistas y automovilistas.
“Mi hermano Carlos Giménez, de 37 años, se encuentra en el Hospital del Trauma, en Asunción (...). Se accidentó a causa del ‘cráter’ de la Essap ubicado en la curva”, expresó ayer Mabel Giménez.
Su hermano venía de trabajar en su biciclo y en ese pozo perdió el control del rodado. “Está aún inconsciente con graves consecuencias en el brazo, columna y cadera”, relató.
“Hace tiempo venimos pidiendo que se realicen trabajos de señalización y de nuevos reductores de velocidad, pero el municipio desoye nuestros pedidos”, afirmó Santiago Morínigo, quien trabaja en la gomería que está en dicha curva.