DEPARTAMENTO DE ÑEEMBUCÚ (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Según las principales quejas, las filosas piedras del pavimento generan daños en las cubiertas de los autos y motos. “Es casi imposible llegar a destino, este camino solo favorece a los dueños de gomerías y talleres”, expresó Antonio Lezcano, vecino del sur de Ñeembucú que utiliza la ruta por motivos laborales.
La obra es encarada por la Gobernación de Ñeembucú, a cargo del gobernador Carlos Silva (PLRA). Fue adjudicada a la empresa “mimada” de la Gobernación BGF SA, representada por el Lic. Jorge Franco y Gustavo Franco, por G. 39.568 millones. La firma estaría ligada el diputado liberal Dionicio Amarilla.
El poblador expresó que cuando la institución departamental anunció la pavimentación “tipo ripio” de los caminos de la zona generó un gran entusiasmo en los vecinos. Pero, dijo todo cambió al comprobarse que no se trataba del convencional “canto rodado”, la piedra estándar para este tipo de pavimento, sino de “piedras de descarte de cantera o desecho”.
Señaló que el material utilizado es de pésima calidad y sumamente filoso, que frecuentemente rompe las cubiertas de motos y autos, arriesgando la seguridad de los viajeros y causando daños en los vehículos que utilizan las vías.
Obra similar
La Gobernación realizó un pavimento similar con piedras de desecho de cantera en el trayecto de 38,5 kilómetros de extensión que une los distritos de Tacuaras con San Juan Bautista de Ñeembucú.
Esta obra también fue cuestionada en varias ocasiones por los vecinos y miembros de la Junta Departamental. Los trabajos tuvieron un costo de 13.238 millones.
Por su parte, el encargado de la secretaría de Obras de la Gobernación de Ñeembucú, Éver Ferreira, señaló que en los próximos días el fiscalizador de la institución, arquitecto Carlos Solano Rehnfeldt, verificará todo el trayecto para corroborar las quejas de los vecinos.
Indicó que existe un avance importante, faltando pocos kilómetros para su conclusión.