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“Nada de lo que se enseña hoy en nuestro sistema educativo sirve. Nuestra educación es obsoleta, no prepara al joven para la vida”, sostuvo el gerente del grupo, Sebastián Da Ponte.
La organización viene trabajando desde hace un par de años con niños y adolescentes de los barrios más pobres y desde el año pasado visitan regularmente el asentamiento del barrio Cuatro Potreros de Encarnación, donde llegan con una serie de enseñanzas y prácticas interdisciplinarias que apuntan a la educación integral de los chicos.
Mediante un método dinámico e interactivo, que incluye juegos, cantos, charlas y expresión artística, los niños reciben información y educación en un estilo que implica transversalidad y participación activa de los educandos.
“El modelo actualmente es empleado como un apoyo a la educación formal, pero de hecho, existe una propuesta para que este modelo sea implementado en sustitución al tradicional, cuadriculado y deficiente que tenemos actualmente”, explicó.
Mediante una serie de actividades en las que participan los niños con orientadores voluntarios, aprenden en forma interactiva e interdisciplinaria geometría, leyes de física, sobre salud y sobre nutrición, en un esquema integrado. Aprenden sobre los virus y las bacterias a verlos a través de un microscopio y luego hablan sobre la importancia de lavarse las manos antes de las comidas, precisamente por el peligro de contraer una enfermedad.
Jóvenes odontólogos enseñan sobre higiene bucal, la importancia del cuidado de los dientes y a fabricar dentífricos caseros. Otros juegos les permiten identificar las figuras geométricas y aprenden aritméticas a través de operaciones de compraventa, por citar ejemplos de la metodología de enseñanza.
“Sostenemos que la educación debe ser plurilingüe, para un mejor desarrollo de las capacidades del niño. Enfatizamos en la necesidad de la alimentación de calidad y por eso parte del componente es una merienda saludable con frutas”, detalló Da Ponte.