Cargando...
El hombre, que pidió no ser identificado, aprovecha las interminables “colas” de vehículos sobre la pasarela para exponer y ofrecer su mercancía, a un precio razonable, a partir de 130 pesos argentinos (unos 40.000 guaraníes).
“Por suerte la gente compra, no me puedo quejar, sostiene el vendedor, quien encontró en esta actividad una forma de ganarse el pan diario y mantener a su familia.
El trabajo es duro –afirma–, hay que aguantar estar todo el día sobre este pedazo de cemento, soportando el intenso calor sobre el puente, pero la necesidad es mayor, señaló.
Este, sin embargo, no es el único caso, pues existe un verdadero ejército de vendedores informales que circulan sobre el puente internacional. Venden desde agua, calcetines, limpiaparabrisas, linternas hasta perfumes.
Muchos son vendedores llegados de Ciudad del Este y otras localidades, quienes impusieron la “modalidad” de vender en la pasarela a los automovilistas.
La parte negativa de la situación es que algunos de estos vendedores son notoriamente sucios, y dejan un tendal de restos de plásticos, cartones y otras basuras a lo largo del viaducto.
La Comuna encarnacena ya realizó en varias ocasiones el despeje del sector de puente con el propósito de dar mayor seguridad y garantías a peatones y conductores de vehículos que transitan por el lugar. Sin embargo, algunos informales regresan porque no tienen otra fuente de empleo, según afirmaron.