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Los religiosos Javier Oliva, de Buenos Aires, y Daniel González, de la ciudad de Mendoza, ambos de Argentina, estaban de visita en el lugar. Se sintieron contagiados por el misticismo del sitio y resolvieron celebrar una misa en el templo principal de la reducción, declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.
“Somos de la congregación Verbo Encarnado, una congregación nueva. Nuestra misión es evangelizar la cultura”, dijo el padre Oliva. Indicó que continúan el mensaje del papa Juan Pablo II de elevar lo que es bueno de la humanidad a la gracia de Dios.
“Eso es evangelizar la cultura”, acotó el padre Oliva.
Ambos sacerdotes están desarrollando su misión en una iglesia en Ciudad del Este desde hace tres años. Hace 30 días salieron de Ciudad del Este para un viaje a Mendoza y regresaron hace unos días.
“Decidimos hacer la misa porque hace días que estamos de viaje sin poder celebrarla, dijo Oliva, quien se mostró admirado por la magnificencia de lo que fue uno de los más importantes templos de la Misión Jesuítica entre los pueblos guaraníes, en plena época de la conquista española en América.