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Esta semana la tarea de los jóvenes se intensificaron en el asentamiento urbano San Rafael, donde los estudiantes del tercer año apoyan el proyecto anterior “Ñanderogarã” (cuyo objetivo fue la construcción de viviendas), donde ahora los beneficiarios tendrán una huerta familiar para el autoconsumo.
“El fundamento de esta actividad es lograr a través de la huerta familiar proporcionar una fuente de alimentación barata y poner a disposición verduras frescas en forma constante para disminuir por lo menos de alguna manera la desnutrición de estas personas en situación de pobreza”, recalcó Isaac Bogado, alumno de la citada casa de estudio.
El ingeniero Marcos Viedma, docente de CEASIL, indicó que con la elaboración de la huerta familiar los beneficiarios tendrán una contrapartida importante, ya que los jóvenes les asesoran y les enseñan el manejo y cultivo de las hortalizas para que posteriormente las familias puedan sostener las huertas. Agregó el docente que este proyecto ayudará a los jóvenes estudiantes a conocer la realidad social de la comunidad.