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ITAPÚA POTY, Itapúa (De nuestra redacción regional). Están afincados además aquí medio centenar de familias menonitas que continúan con sus creencias religiosas, pero que se han integrado a los más de 15.000 pobladores de este distrito. Utilizan la electricidad y dejaron de lado los carros a caballos para movilizarse en camionetas y motos, además de usar la tecnología.
Los menonitas de Itapúa Poty, de alta producción agrícola, en una superficie estimada de más de 1.200 hectáreas, tienen sus propias particularidades y reglas. Sostienen la práctica literal de las ordenanzas bíblicas, que enseñan a sus hijos en sus propias escuelas, sin intromisión del Ministerio de Educación.
Si bien se muestran convencidos de que deben vivir en un pueblo separado y vestir con sencillez, sin los dictados actuales de la moda, iniciaron un camino distinto a otras comunidades menonitas establecidas en otros lugares del Paraguay. Desde esta colonia se impulsó una mayor intervención en la vida política, social y deportiva de la comunidad.
Avanzan en el proceso de evangelización para incluir a paraguayos en sus filas y al decir del intendente de Itapúa Poty, Mario Escalante (PLRA), “el desarrollo del distrito en gran medida se lo debemos a ellos”.
Las mujeres menonitas son las que mejor conservan la tradición, luciendo vestido largo y velo. Los varones, en cambio, no tienen uniforme en común, aunque solo usan camisas de mangas largas y pantalones. Por pedido expreso de quienes entrevistamos y conocimos, no tomamos fotos.
Réplica del templo
Asimismo, otra de las peculiaridades en este distrito es que existe un conglomerado de habitantes, afincados en San Buenaventura, a 20 kilómetros del casco urbano de Itapúa Poty y sus primeros pobladores vinieron desde Yaguarón en 1977. En el centro urbano de San Buenaventura se destaca una réplica de la iglesia de Yaguarón, construida por sus habitantes hace 20 años.
José Tomás Martínez, uno de los pioneros, contó que fueron 48 las primeras familias en colonizar estas tierras.