Cargando...
“Nosotros, nuestro fuerte es fabricar accesorios para mascotas, pero no damos abasto con los pedidos. Hace poco un turista argentino me trajo un pedido de carteras y cintos de cuero, en cantidad, para llevar a vender, y no pude tomar el compromiso porque tenemos muchos pedidos”, señaló.
Como una forma de mantener vivo el oficio, Guerrero trabaja con toda su familia. Su esposa se especializa en fabricar correas de perro, en material de nylon, y sus dos hijas realizan la tarea de terminación de los trabajos. “Por la mañana me ayudan en el taller y por la tarde se van al colegio, soy de la teoría que los hijos deben aprender a valorar el trabajo y el esfuerzo para salir adelante”, expresó guerrero.
Con respecto de la paulatina desaparición de este modelo de artesanía, dijo que no se debe a la falta de demanda, sino a la falta de oferta porque casi no quedan conocedores del oficio.
Recordó que una pareja había llegado a su taller con la intensión de aprender. “Trabajamos los sábados y domingos. Ambos aprendieron a forrar termos, y hoy tienen su negocio de forrado de termos, y viven de eso, porque el hombre perdió su trabajo y ahora se dedica a este rubro”, señaló.
Guerrero lamentó el escaso interés del gobierno por no apoyar a la industria nacional y a los artesanos paraguayos.