SAN IGNACIO, Misiones (Benigno Bordón, especial). Gerardo Farías nació en Asunción, donde empezó a dar sus primeros pasos como escultor. Fue “haciéndose” al igual que sus obras, mediante las que pudo viajar por tres años a Estados Unidos y Canadá.

“En febrero de 2004 vine a San Ignacio de visita, por un pequeño trabajo, y ahí quedé enamorado de la tranquilidad que hay en esta ciudad. Primero alquilé una casa y ahora tengo mi taller en el barrio Loma Clavel, gracias a la gente que compra mis obras”, comentó Farías.

Actualmente prioriza el trabajo de tallado en piedra, aunque también hace trabajos en madera. Según el artista, conocido como “Lechu”, la innovación es muy importante, al igual que la inversión en infraestructura para mejorar las obras; son algunos de los secretos para mantenerse, expresó.

Destacó que los artistas tienen dificultades ante la escasez de la madera por eso priorizan los pedidos de tallado sobre piedra. Indicó que la materia prima se consigue en el cerro Santa María, a diez kilómetros del centro urbano de San Ignacio.

Hay mercado

San Ignacio es un centro comercial y económico para el negocio de los artistas y artesanos por ser un punto estratégico y por las visitas de turistas que recibe durante todo el año, señaló.

“Tengo clientes de la Argentina y trabajo con ingenieros de Asunción. Actualmente hay más pedidos de revestimientos en piedra. En esta zona eligen pequeños tallados en piedra para jardines”, comentó.
Menos “farra”

Gerardo Farías dijo que a los artistas les encanta farrear, pero que todo tiene su límite. En ese sentido, indicó que en la zona hay colegas que trabajan y ganan bien, pero pocos quieren invertir en infraestructura y herramientas, fundamentales para un trabajo bien terminado.

En cuanto al costo de sus obras, una escultura para jardín, dependiendo del tamaño, está en G. 2 millones, mientras que el tallado de una puerta tablero cuesta unos G. 2,5 millones, dependiendo del dibujo.