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CARAPEGUÁ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). Durante el encuentro los jóvenes, religiosas y evangelizadores compartieron sus experiencias misioneras y fortalecieron el espíritu de comunión. Asimismo, asumieron con responsabilidad la importancia de la formación como desafío en la animación de la Infancia Misionera.
Los jóvenes vivieron momentos de oración, de reflexión, trabajos grupales y de desarrollo de la vivencia diaria. Infancia Misionera es una de las cuatro Obras Misionales Pontificias y Episcopales que está presente en más de cien países alrededor del mundo.
En esta agrupación los niños de los distintos continentes reciben una formación evangelizadora que los impulsa a trabajar por otros pequeños que sufren pobreza material o espiritual.
En la ocasión, renovaron la fe y el amor a Jesucristo y a María a través de la oración y de los diversos compromisos misioneros y además de reencantarse con la espiritualidad de la Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera.
Dramatización
La clausura del evento se desarrolló en polideportivo del colegio San Alfonso. En la ocasión los jóvenes dramatizaron la caótica situación de discriminación, hambre, la lucha de poder y la guerra continua en que viven otros continentes y que en gran medida afecta a nuestro país.
Los participantes instaron a seguir bregando por el servicio hacia los más necesitados, el amor al prójimo y el apoyo espiritual a los demás jóvenes. En otro momento del encuentro los participantes resaltaron los valores cristianos como el amor, la solidaridad, la justicia y la honradez.
Compartir con el prójimo, evitar la discriminación entre hermanos y por sobre todo optar por la vida y la felicidad de los cristianos, fueron algunos de los mensajes cristianos que dejaron los jóvenes durante el cuarto encuentro de misioneros.