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Montículos de piedras y tierra están acumulados sobre la calle Ulises Ayala, lo que ha generado la indignación de los lugareños. “Está bien si trabajan, entonces hay posibilidad que terminen estos 300 metros de empedrado, pero desde hace más de tres meses están amontonados escombros que los trabajadores municipales o de empresas contratadas por la comuna dejaron en el lugar”, se quejó Medina.
“No podemos salir, no solo los frentistas, sino también todos los que viven en la transversal porque en cada esquina el nivel de las calles quedó a una altura imposible de transitar", expresó a su vez Estela Godoy, propietaria de una despensa que también sufre los efectos de la obra a medio terminar.
El miedo de los vecinos es que las lluvias continúen y el raudal ingrese a las casas, como ya sucedió, indicaron.
El jefe de vialidad de la comuna, René Miglio, justificó el atraso del trabajo "por las continuas lluvias". El presupuesto de la obra es de G. 77.500.000.