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Asimismo, el trabajo de los oleros y otras personas en zonas ribereñas fue reactivado. En la última riada, el río Paraguay en el puerto de Pilar alcanzó su pico máximo en el mes de enero, midiendo 9,12 metros.
A partir de allí el río inició un lento descenso que se profundizó en los últimos días. Actualmente el nivel es de 4,05 metros. Como ocurre en estos casos, al momento del descenso de las aguas se puede constatar la pérdida de numerosos árboles frutales y de otro tipo, que no resistieron los varios meses bajo el agua.
Igualmente aquellas viviendas que fueron ocupadas por las aguas son objeto de trabajos de reparación, limpieza y desinfección para volver a ser habitadas. Otras familias vuelven a preparar sus chacras para cultivos de rubro de consumo, fundamentalmente.
Pobladores de esta comunidad manifestaron que la bajante del río debe ser aprovechada para concretar todos los trabajos de fortalecimiento de la defensa costera de la ciudad. Indicaron que solo de este modo, se podrá evitar que los moradores de la ribera vuelvan a vivir momentos de zozobra, como los meses anteriores.
Se espera que el departamento tenga una larga tregua en su periódica lucha contra las riadas, que evita el normal desarrollo de las actividades de sus habitantes.