Cultivo del pomelo se convierte en una alternativa para la renta familiar

La familia Ramírez de la colonia San Jorge, distante a 15 kilómetros del centro urbano de San Ignacio, es un ejemplo de diversificación en producción agrícola. Hace dos años incursionaron en el cultivo de pomelo injertado, y hoy ya cosechan sus frutos, logrando ganancias de G. 3 millones mensuales.

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SAN IGNACIO, Dpto. de Misiones (Willian Aquino, corresponsal). Félix Ramírez, propietario y cabeza de familia, explicó que también producen rubros de autoconsumo y de renta, como maíz, poroto, mandioca y otros, además de contar con un lote de cerdos. Sin embargo, el cultivo de cítricos representa una excelente elección, considerando la rentabilidad, dijo.

“Mi hijo Félix terminó su bachillerato en el Centro de Educación Agroecológico San Isidro Labrador de San Ignacio Misiones (Ceasil), y ahora estamos aplicando sus conocimientos en nuestro campo. Nos está dando excelentes resultados”, explicó Ramírez.

La familia posee 10 hectáreas adjudicadas por el entonces Instituto de Bienestar Rural (IBR) hace unos 20 años. Cuando accedieron a las tierras, el lugar estaba totalmente deforestado, por lo que debieron empezar la reforestación.

“La reforestación la empezamos con plantines de eucalipto y, lastimosamente, no pensamos en los árboles frutales. Hace dos años establecimos las primeras 350 plantas de pomelo, que hoy ya están dando frutos, pero en total tenemos 1.000 plantas en lugar definitivo”, destacó Ramírez.

Explicó que su producción la comercializan a las empresas Trociuk y Frutika, ambas del departamento de Itapúa. En los meses de alta producción están obteniendo en promedio G. 3 millones de ganancia mensual, que se suma al ingreso obtenido con los otros rubros.

Cuidado de los cítricos

Félix Ramírez (h) señaló que utilizan plantines injertados, que no son propensos a enfermedades. Cuando establecen plantines en su lugar definitivo, aplican una buena fertilización y cobertura de suelo, que hacen que la planta crezca vigorosamente.

También realizan las podas de formación y los cuidados culturales para obtener el resultado pretendido para conseguir una buena fructificación.

“Nosotros creemos que esto ya se trata de una microempresa familiar, porque nos deja dinero como ganancia. Además, nos ofrece la posibilidad de aumentar los ingresos a la medida que cultivamos mayor cantidad de pomelos injertados. Con eso tenemos para nuestra comida y el resto comercializamos en San Ignacio. Llevamos los productos en nuestro mototaxi”, indicó Félix Ramírez.

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