Cultivan sakura para formar un “Bosque de la amistad”

Padres de familia, niños y jóvenes se suman con entusiasmo al cultivo de los plantines dentro del proyecto de formar el “Bosque de la amistad” con cerezos (sakura), que estará ubicado en una amplia zona de la Avenida Japón y el futuro bulevar Iturbe, un sector recuperado de la desaparecida zona baja de la ciudad de Encarnación. El emprendimiento es una iniciativa ciudadana.

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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa). Comenzaron las tareas de cultivo de plantines de cerezo (sakura japonés), en la Avenida Japón y su intersección con la calle Iturbe, donde se tiene proyectado construir un “Jardín japonés” en honor a la amistad Paraguay-Japón.

La siembra va a llevar unos días, sostuvo el concejal municipal Andrés Morel (ANR), quien apoya la iniciativa ciudadana. El cultivo comenzó el lunes, con los primeros 35 arbolitos en sitios determinados, siguiendo un plan para convertir la plantación en un bosque.

Un dato digno de mencionar es que los voluntarios, vecinos de la comunidad en familia realizan la tarea al final de la tarde, después del horario laboral.

A la flor del cerezo en el Japón se la llama sakura, y en términos de tipo de árbol sería para ese país lo que para nosotros representa el tajy (lapacho). Su flor es parecida a la del durazno y también, como el tajy, es de diferentes colores: blanca, rosada y amarilla.

La iniciativa de cultivar los cerezos y crear un “Bosque de la amistad” entre los pueblos japonés y paraguayo surgió de la iniciativa ciudadana como respuesta a una acción vandálica de desconocidos que destruyeron varios arbolitos que hace un año dos vecinos inmigrantes japoneses, Inoue Toru y Hideo Yanahida, plantaron en el área verde de la Avenida Japón y los riegan diariamente.

Por las redes sociales se inició una campaña para juntar fondos y reponer los arbolitos destruidos. Por cada plantita destruida se compraron 10 y se cultivarán 150 plantas, que se sumarán a los cerca de 50 ya existentes.

Otro vecino de la comunidad, Hiro Sakanashi, se ocupó de buscar los plantines del único vivero en el país que produce esta especie aclimatada a nuestro clima, en la ciudad de Yguazú, Alto Paraná. Cada plantín costó G. 25.000.

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