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CARAPEGUÁ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). En el mes de junio de 2007, fue inaugurado el Centro de Visitantes de Mocito Isla. La obra demandó una inversión de G. 359 millones, de los cuales el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aportó G. 224 millones, y la diferencia fue una contrapartida de la Fundación Tierra Nuestra, Fundación Oñondivepa, la Secretaría del Ambiente (Seam), Sistema Nacional Ambiental (Sisnam), la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y la Municipalidad local.
El emprendimiento turístico fue inaugurado bajo la denominación del “Proyecto de gestión ambiental-Desarrollo socioeconómico sustentable de los humedales del Ypoá”. La sede fue instalada en el predio de la escuela Leónidas Páez de Virgilli con la intención de explotar turísticamente Mocito Isla, ubicado a 35 kilómetros de la ciudad, en la compañía Caapucumí.
El proyecto fue auspicioso y alentador para los lugareños. Se capacitó a más de 30 guías turísticos. El centro fue equipado con una computadora, un retroproyector y un televisor. También cachiveos, canoas y bicicletas para los turistas.
Asimismo, se construyó un mirador para observar la cuenca del Ypoá, un lugar libre para esparcimiento y sanitarios.
Actualmente, el Centro de Visitantes está cerrado (es utilizado para depósito de la escuela) y jamás prosperó el proyecto porque parte de la responsabilidad quedó a los pobladores para fortalecer el proyecto. Pero estos debían de ser acompañados permanentemente por los entes ejecutores.
Dicho proceso de empoderamiento no se ocurrió, y el proyecto promocionado por la Senatur dentro de “Sitios imperdibles del Paraguay para el verano” se perdió por el camino, lamentó el presidente de la Comisión Ypoa Rekove, Marciano Ibarra.
Refirió que el proyecto ambiental consistía en que los visitantes puedan realizar la travesía a travéz de un canal de 850 metros, a partir del puerto Pilar hasta llegar al Mocito Isla, que está instalado dentro de unas 36 hectáreas. En el sitio viven las familias de Catalino Franco y su prima Feliciana Franco.
Actualmente, los primos están en litigio porque ambos se oponen a que los turistas que llegan hasta la isla crucen por sus propiedades. A esto se suma el costo que debe pagar cada visitante, que es de G. 10.000 por persona.
Se trata de un sitio turístico de nuestro país, donde se puede disfrutar a pleno de la naturaleza. Ibarra manifestó que dicha situación es preocupante porque los propietarios, al tener diferencias personales, dificultan la explotación del turismo, por lo que ve como única vía de solución que el Gobierno expropie las tierras de las familias y se reactive el Centro de Visitantes.