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ENCARNACIÓN (José Miguel González, de nuestra redacción regional). En el barrio San Pedro de esta ciudad existen unas 350 casas abandonadas, en tanto que en el barrio San Isidro las viviendas desocupadas, en su mayoría ya sin puertas ni ventanas, suman 170, según explicó el dirigente social de los afectados por la represa, Jorge Chávez. Contó que pidieron a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) un informe para saber qué destinos tendrán.
Además del robo de accesorios, a medida que pasan los años las casas van deteriorándose cada vez más.
“Las malezas y basuras rodean a las viviendas y son utilizadas por delincuentes de la zona para ocultarse, así como por jóvenes que consumen estupefacientes”, explicó una vecina del barrio Arroyo Porã, de Cambyretá, quien no quiso decir su nombre por temor a represalias.
“Sucias, deterioradas, con olores desagradables por la defecación de los que vienen de otros barrios”, son algunas de las quejas de los vecinos del barrio San Isidro. “Estos inmuebles afean los sectores donde están ubicados, generan contaminación ambiental y se convierten en un nicho para la delincuencia”, dicen.
La EBY construyó más de 7.000 viviendas en los distritos de Encarnación y Cambyretã, destinadas a la relocalización de familias afectadas por las obras de la represa Yacyretá. Cada vivienda cuenta con dos habitaciones, un baño y una sala-comedor. Fueron edificadas para las familias cuyas casas quedaron anegadas con la subida de la cota del río Paraná.
“El deplorable estado de las viviendas es un ejemplo más de la desidia con la que se maneja Yacyretá”, aseguraron algunos vecinos del barrio San Pedro.
El encargado de prensa de la entidad binacional, Celso Giménez, había dicho que las viviendas deshabitadas serán ocupadas por los futuros relocalizados de la franja de afectación del ferrocarril. No obstante, si fuese realmente así, debido al deterioro en las que se encuentran las casas, tendrían que ser reconstruidas para entregarlas nuevamente.