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CARAPEGUÁ, Dpto. de Paraguarí (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). Esta ciudad es conocida como la “capital del poyvi” y el distrito de Quiindy como “capital del balón”. Ahora la localidad de Yaguarón lucha por conquistar el mercado nacional e internacional mediante la fabricación de prendas de vestir y de esa manera convertirse en la “capital del desarrollo de la confección”.
La artesanía constituye el 80% de la actividad económica de los municipios de Carapeguá y Quiindy. Los artesanos dan fuente de trabajo, generan ingresos para sus familias y conservan la tradición. Aunque esto no significa no innovar, mejorar las técnicas y ofrecer productos originales y a precios accesibles, señala Luciana Ramos una productora de colchas de punto.
Los que se dedican a trabajar con el poyvi, de hilo y de punto para hacer hamacas y más de 30 artículos, sueñan con que alguna vez el Gobierno nacional considere apoyar la artesanía carapegüeña y adquieran de ellos los productos para las instituciones públicas.
Por el momento, algunas se están beneficiando con la creación de las posadas turísticas en la zona, pero aún es insuficiente. Precisan de un mercado más estable que sea sostenible y permita aumentar la producción, destacó Ramos.
Asimismo, los zapateros de Carapeguá, agremiados en una asociación, buscan posicionar sus productos para el consumo nacional. Pero para ello precisan limitar el ingreso de calzados que son importados y que saturan el mercado local.
En el municipio de Quiindy los artesanos de pelotas tejen todos los días el sueño de lograr un bienestar mejor en sus familias. Anhelan que desde el Gobierno se les ayude para convertirse en proveedores de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). También quieren que en los partidos sean los balones nacionales los que entren a competir en los encuentros deportivos y de esa manera apoyar la producción nacional y garantizar una industria sostenible en el tiempo y con buenos ingresos, explicó el zapatero Alberto Ruiz Díaz.
Asimismo, Yaguarón –que es conocido como el “portal del turismo” por su cerro, el museo Gaspar Rodríguez de Francia y el legendario templo San Buenaventura– busca sobresalir en la confección de prendas de vestir a través de un programa de exportación, apoyado por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC). El año pasado se habilitó en este distrito una fábrica del rubro y la idea es habilitar muchas más para dar mano de obra y ser un municipio que le venda calidad y cantidad al mundo entero.