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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). El tráfico vecinal en la frontera entre Posadas y esta ciudad no es una prioridad para la Argentina, a juzgar por el nulo avance en la ampliación del sector de control migratorio y aduanero en el puente internacional “San Roque González de Santacruz”.
En la temporada de vacaciones, que se extiende entre los meses de diciembre y marzo, se registra un flujo diario que ronda las 20.000 personas en promedio, lo que provoca un gran congestionamiento vehicular en la pasarela, de hasta de tres kilómetros en algunos casos. Las demoras usualmente son de entre tres y cuatro horas, y se llegó a picos de hasta más de 12 horas de espera por la escasa cantidad de puestos de control en el lado argentino.
El director argentino de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Martín Goerling, señaló en marzo pasado que la binacional estaba trabajando en un programa de ampliación del centro de frontera lado argentino. Dijo que la obra en su conjunto demandaría una inversión de unos 200 millones de pesos argentinos (cerca de US$ 10 millones en ese momento), de los cuales los trabajos de infraestructura básica demandarían unos 22 millones de pesos (alrededor de US$ 1 millón), financiados con fondos de la EBY, y las obras civiles, consistentes en edificios, casillas de control, entre otros, ya con intervención de la Dirección General de Migraciones, serían financiados con recursos del Presupuesto General de la Nación.
La EBY concluyó las tareas de infraestructura (sistema vial, red de alcantarillado, plataformas), pero nada hay de la segunda fase, que es la construcción de casillas y edificios administrativos, que en teoría debían concluir en octubre o noviembre de este año.