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“Mi único inconveniente es que tengo un pequeño problema con la vista. Tengo cataratas y debo operarme”, señaló.
Comentó que el oculista le recomendó no utilizar lentes porque ve muy bien, y que recuperaría el buen funcionamiento de sus ojos operándose de las cataratas.
Doña Ramona sostuvo que el mejor regalo de cada cumpleaños es rodearse de sus amigos y parientes.
“No me interesan los regalos, si me traen o no me traen, me da igual. Lo que sí me importa es que siempre estén conmigo en cada cumpleaños las personas que quiero, porque ya me queda poco tiempo de vida”, refirió la agasajada, que mostró una fortaleza increíble.
Hizo gala de su lucidez, cantando de memoria el Salmo 91. Sostuvo que su felicidad radica en creer y confiar siempre en Dios.
Aseguró que llega a los 102 años, sana y con fuerzas, gracias a la bondad de Dios.
Comentó que no tiene hijos propios, pero que se encargó de criar a un sobrino huérfano. Recordó que su marido, don Alejo Pereira, excombatiente, murió hace 14 años.
“En el año 1930 nos casamos, en el 32 él fue a la Guerra del Chaco y me quedé a esperarle. Gracias a Dios volvió sano y salvo”, rememoró.
Manifestó que siente tristeza por lo que pasa en el mundo, en el sentido de que las personas del mismo sexo se unen, supuestamente en matrimonio. “Eso es contra la naturaleza y contra Dios, el mundo cada vez está peor”, sentenció la mujer.