Un puñado de semillas

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Carlos Riquelme

Aprovechando una breve ausencia de la profesora Eugenia, cuyo cumpleaños se acercaba, la compañera Marta se dirigió a la clase diciendo: "Compañeros, ¿qué les parece si nos reunimos en el recreo para hablar sobre el cumpleaños de nuestra profesora?".

Así fue como nos reunimos y nos pusimos de acuerdo a fin de hacerle un presente con la colaboración de todos los compañeros, y fue la misma compañera quien comunicó a la profesora que, al día siguiente –día de su cumpleaños—, viniera preparada, porque queríamos darle una sorpresa.

A esto la profesora manifestó su contento y dijo: "Este anuncio me hace recordar la experiencia que tuve hace años, cuando enseñaba en otra escuela; ocurrió que llegado el día de mi cumpleaños, todos mis alumnos, así como ustedes, me sorprendieron con un gran regalo como fruto de la colaboración de todos, aunque no todos; Javier, un alumno muy humilde, no pudo colaborar, porque su familia era muy pobre; apenas alcanzaban a reunir para el alimento diario. Por ello, llegado el día de mi cumpleaños, se me acercó en silencio y me dijo al oído: ‘Maestra, muchas felicidades; no pude colaborar para la compra de su regalo, pero hice el esfuerzo y le traigo este puñado de semillas; sé que usted las valorará’, y me dio un abrazo muy fuerte".

La maestra siguió relatando la experiencia, mencionando que esa realidad no la ha olvidado nunca; el puñado de semillas era del gran árbol de lapacho que Javier tenía en el fondo de su casa. Nos comentó además, que plantó las semillas, y una vez que brotaron las plantitas, las cuidó y las trasplantó en la plaza del barrio. Al terminar su relato, la maestra dijo: "El mejor regalo que me pueden hacer es que ustedes fructifiquen la pequeña semilla que a diario reciben de los profesores, y así como el regalo de semillas de Javier, mañana, cada uno de ustedes llegue a ser árbol frondoso realizado y fuerte, útil a sí mismo y a los demás".


De esta manera, la maestra agradeció el gesto de cada uno de nosotros y nos regaló a su vez un mensaje: la experiencia de Javier.

¿SABÍAS QUE...

… El esfuerzo y la labor de tus profesoras son la semillita que todos los días recibes para que tú la hagas germinar, al punto de que mañana con tu esfuerzo y a través de ti, esta semilla también llegue a fructificar.

… Una plantita de lapacho en crecimiento lleva años para llegar a constituirse en un árbol frondoso y desde allí pueda dar de sí? Así también somos las personas, necesitamos crecer en todas las dimensiones para, finalmente, dar lo mejor de nosotros.

PARA TENER EN CUENTA

Todos los días, la vida te da la oportunidad de sembrar una semillita en tu vida; por eso, un día que no has sembrado –responsabilidad, respeto, constancia, alegría, estudio, entre otros— es un día que has perdido.

QUÉ PODEMOS HACER

Siembra todos los días una semilla, aquí van unos ejemplos:

- Hoy me esforzaré por ser más respetuoso.
- Hoy intentaré dedicarme con mayor voluntad a mis tareas escolares.
- Hoy ayudaré a mis padres en las tareas de la casa.
- Hoy ampliaré mi vocabulario con la lectura.
- Hoy ayudaré a mi hermanito más pequeño en sus lecciones. 

PARA INVESTIGAR

Con la ayuda de materiales didácticos, investigo sobre experiencias de personas exitosas, que han sabido aprovechar la semilla que han recibido en la vida, en beneficio personal y de los demás.
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