Un gato muy valiente

Los gatos son héroes cazando ratones, pero el que vamos a presentarles hoy se destaca por otras virtudes heroicas. Es muy listo, apuesto (hasta botas calza) y de buen corazón. ¿Quieren conocerlo? En este cuento lo encontrarán.

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El gato con botas

Había una vez un molinero muy pobre que tenía tres hijos. Cuando murió, solo dejó en herencia un molino, un burro y un gato.

El hijo mayor heredó el molino; el segundo, el burro y el menor tuvo que conformarse con el gato.

Pero este gato era especial. Al ver triste a su amo porque no sabía cómo iba a ganarse la vida, le pidió un par de botas, una casaca y un sombrero.

Se fue al bosque, cazó un conejo y se lo llevó al rey.

― Le ruego que acepte este regalo de mi amo, el marqués de Carabás ―dijo el gato.

El rey aceptó y el gato volvió al día siguiente con otro conejo. Otro día, le dijo a su amo que se bañara en el río. Él sabía que por allí cerca iba a pasar el rey en su carroza, acompañado por su hija.

Cuando vio la carroza, el gato gritó:

― ¡Socorro! ¡Ayuden al marqués de Carabás!

Y contó que mientras su amo se bañaba, un ladrón le robó la ropa. El rey hizo que le trajeran algunas prendas e invitó al joven a viajar con él y su hija.

El gato corrió por delante y les dijo a los campesinos que cuando el rey preguntara de quién eran esas tierras, dijeran: «Del marqués de Carabás».

Esas tierras eran de un ogro malo que vivía en un gran palacio, cerca de allí. El gato con botas corrió y corrió y llegó al palacio.

Como había oído que el ogro era un gran mago, se presentó ante él diciéndole que quería conocer su magia porque le habían contado que era la más maravillosa del mundo.

El ogro se sintió halagado y lo hizo pasar.

― Me han dicho que puedes convertirte en un animal grande y peligroso ―dijo el gato.

― ¡Por supuesto! ―dijo el ogro, y se convirtió en un furioso león.

― ¡Muy bien! ―dijo el gato cuando el ogro recuperó su forma―. Pero apostaría a que no puedes convertirte en un pequeño ratón.

― ¿Ah, no? ¡Ahora verás! ―gritó el ogro enojado y enseguida se convirtió en ratón. Entonces el gato lo atrapó y se lo comió.

La carroza llegó al palacio y el gato los estaba esperando a todos con la mesa servida.

El rey quedó maravillado con la riqueza del marqués.

En cuanto a los jóvenes, ya se habían enamorado, así que al poco tiempo se casaron y vivieron felices en el palacio, junto al astuto gato.

Sobre el libro

Título: El Gato con botas

Editorial: Sigmar

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