Un cuento maravilloso (2)

En este tipo de cuentos hay objetos mágicos, como alfombras voladoras, espejos parlantes o lámparas maravillosas. Los personajes pueden ser seres humanos o seres sobrenaturales, como hadas, duendes, ogros, genios, entre otros. Las acciones suceden en lugares extraños o poco conocidos, como bosques y castillos encantados.

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Seguimos disfrutando de la lectura del cuento Aladino y la lámpara maravillosa. No olvides monitorear tu lectura respondiendo en forma oral las preguntas que se formulan en cada apartado del texto para mejorar tu comprensión lectora.

Durante la lectura

Aladino y la lámpara maravillosa

Segunda parte

Aladino, quien era codicioso, entró en la oscura cueva sin sentir miedo, bajó por la escalera, franqueó la puerta de bronce y descubrió un jardín y, en medio de él, el horno y sobre este, la ansiada lámpara. La tomó entre sus manos, dispuesto a emprender el regreso; pero antes decidió tomarse unos minutos y deleitarse con los frutos de los árboles que había en el jardín. 

Mientras tanto, el hombre, al ver que Aladino tardaba más de lo previsto, se inquietó y comenzó a pedirle a gritos que se diera prisa. Como el muchacho no aparecía, montó en cólera y se vengó de él cerrando la entrada con tres candados.

Monitorea tu lectura

a. ¿Sabes qué significa la palabra «cólera»? 

b. ¿Por qué otra palabra podrías remplazarla, sin que cambie el sentido de la expresión?

Cuando Aladino quiso finalmente salir, se dio cuenta de que estaba encerrado. A pesar de sus fuertes súplicas, no obtuvo respuesta. Como ya se veía enterrado vivo entre las cuatro paredes de aquella cueva, llena de negrura y de horror, abrazado a la lámpara comenzó a llorar. En eso, la frotó y una luz muy intensa iluminó la cueva. Apareció entonces el espíritu de un genio enorme, con cabeza como un caldero y unos ojos llameantes, que se inclinó ante él y le dijo con voz retumbante como rugido de trueno: 

—Soy el genio de la lámpara. Tus deseos son órdenes para mí. Pídeme lo que quieras. 

Al ver aquello, Aladino quedó tan aterrado que apenas pudo decir: 

—¡Oh, genio bendito!, ¡quiero salir de aquí y regresar junto a mi madre! 

Monitorea tu lectura

a. ¿Por qué Aladino se sentía aterrado? 

b. ¿Alguna vez te sentiste igual a él?, ¿qué hiciste? 

Apenas pronunció estas palabras, como en un abrir y cerrar de ojos, fue velozmente transportado fuera de la cueva hacia su casa. Al ver a su madre, se arrojó a su brazos dulces y cariñosos y le contó la extraña historia que había vivido. También, le entregó la lámpara maravillosa y le prometió que no volvería a desaparecer sin pedir permiso. Lo que no se imaginaban ambos es que el genio estaba de nuevo dentro de la lámpara, escuchándolos…

Las mil y una noches (adaptación de Beatriz Baldani).

En el próximo número, ejercicios de comprensión para después de leer.

Fuente: Lengua 4. Prácticas de lenguaje. (2017). Habilidades y competencias del siglo XXI Editorial SM. Buenos Aires.

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