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Cuando las plantitas tienen unos 5 a 8 cm de alto deben trasplantarse a los envases o macetitas, para que tengan buen espacio para crecer. Este trabajo es muy delicado.
El almácigo o semillero debe regarse bien el día anterior para que las plantas «carguen» agua, y se ablande el terreno. Es mejor trasplantar al atardecer.
Con una cuchara o material apropiado, se saca la planta, estirándola despacio del pequeño tallito y hojas. Si la raíz es muy larga, más que la macetita, se poda con una tijera.
En la macetita cargada de tierra se hace un hoyo del largo de la raíz y se introduce la plantita hasta la misma profundidad en que estaba en el almácigo, sin doblar la raíz. Se apisona desde los costados del hoyo para ceñir bien la raíz con el sustrato.
Para tener éxito en el trasplante debemos:
Cuidar las raíces del sol y el viento.
Colocar la raíz bien derecha en el hoyo.
Ceñir bien la raíz, sin dejar huecos.
Enterrar la raíz a la misma profundidad que tenía en el almácigo.
Dejar bien plano el sustrato en el envase, sin un hoyo alrededor del tallo.
¿Sabías que...?
La plantita recién trasplantada en los primeros días debe estar a media sombra para protegerlo del sol directo.
¿Qué podemos hacer?
En relación con las macetitas, con la colaboración de los compañeros de grado, se puede disponer de bolsitas de plásticos de un determinado tamaño que ya fueron utilizados, entre ellos bolsitas que fueron recipientes de yerba, arroz, azúcar, entre otros.
No olvides: «un pequeño vivero forestal en todas las escuelas del país puede marcar la diferencia».
Fuente: INTA. (s/f). El vivero forestal. Consultado 29.4.19. Disponible en https://bit.ly/2Vg7VKK