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Características físicas
Se clasifican según su estructura y textura. La textura define al tamaño de las partículas del suelo, según este tamaño pueden ser:
Arenosos. Existe baja retención del agua, son suelos considerados secos en los que hay muy poca humedad y presentan colores claros. Si queremos cultivar plantas aromáticas o medicinales en este tipo de suelo, tendremos que optar por aquellas acostumbradas a la sequedad.
Arcillosos. Están formados fundamentalmente por arcilla. Son suelos que, cuando están húmedos o mojados, resultan pegajosos, pero cuando están secos, son muy finos y suaves. Para la agricultura, se conocen como suelos húmedos y pesados.
Limosos. Son suelos que contienen una proporción muy elevada de limo, muy compactos, sin llegar a serlo tanto como los arcillosos. Entre las plantas que debemos cultivar en este tipo de suelos se encuentran el arroz y la lechuga.
Francos. Están formados por una mezcla de suelos de textura arcillosa, arena y limo. Son ideales para muchos tipos de hierbas, se trata de suelos ricos en nutrientes y bien drenados.
Margosos. Compuestos de arcilla, limo y arena con abundante cantidad de vegetal descompuesto (humus). Son el tipo de suelo preferido por los jardineros.
Gredosos. Son suelos que proceden de la descomposición de las piedras calizas que contienen mucho carbonato cálcico. Poseen tierra ligera y con un buen drenaje. Entre las plantas medicinales o aromáticas que prefieren este tipo de suelos se encuentran el orégano, la salvia, el hinojo, entre otros.
Pantanosos. Son suelos que se han formado en lugares que se encuentran habitualmente inundados. Tienen muy poca riqueza mineral y una acidez muy elevada. Entre las plantas que viven bien en este tipo de suelos se encuentran: la valeriana, el junco, el sauce y la cola de caballo.
Actividad
Explica.
La importancia del tipo de suelo para el mejor desarrollo de las plantas.
Fuentes
Programas de Estudios de EEB, 2.° y 3.er ciclo. MEC. Trabajo y Tecnología EEB. 5.° grado.