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Hablando de barreras
En muchas ocasiones no se toman en cuenta los problemas de los demás, ocurre con frecuencia porque nadie o casi nadie se pone en el lugar del otro, pensando en sus necesidades o requerimientos
Así, cuando alguna situación particular lleva a las personas a vivir experiencias diferentes o muy particulares son capaces de descubrir ese mundo hostil para tantas otras personas; creado y sostenido por sus semejantes.
Ese mundo en el que existen escaleras y no rampas. Calles con cordones pero sin «bajadas». Casas y edificios con puertas angostas, ausencia de barandas.
Todo diseñado para los iguales y no para los diferentes.
Pero en esa experiencia, lo peor no es la arquitectura de la ciudad, sino las «miradas»; algunas cordiales, la mayoría de pena, y un gran número, indiferente.
En otras circunstancias los materiales informativos son audiovisuales, olvidando que algunas personas no podrán verlas o escucharlas debido a condiciones de discapacidad sensorial.
Todo ello constituye barreras para la participación plena que —por derecho— corresponde a las personas.
No obstante, aunque hay obstáculos, existen también personas que ayudan a sortearlos, están pendientes de lo que requieren los demás y van creando, inventando las condiciones para derribar esas barreras y van construyendo con su actitud una cultura inclusiva que posibilitará la verdadera inclusión.
Barreras para el aprendizaje y la participación. Obstáculos de índole arquitectónico, comunicacional, metodológico, instrumental, programático, actitudinal y tecnológico que dificultan o inhiben las posibilidades de aprendizaje de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.
Inclusión. Identificación y minimización de las barreras para el aprendizaje y la participación, y maximización de los recursos para el apoyo de ambos procesos.
Actividades
1. Descubre en tu entorno barreras arquitectónicas.
2. Piensa en una barrera de carácter actitudinal y en cómo minimizarla.