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Profe: «Una abuela, un abuelo en la comunidad indígena de México es un ser apreciado, valorado y respetado dentro y fuera de la comunidad, sobre todo. Es una persona activa en la vida comunitaria y la toma de decisiones de la vida sociocultural, porque es la portadora de los conocimientos contextualizados de su territorio, desde su administración hasta los conocimientos más profundos del ser mexicanero, kumiai, wixarika, nayeri, od’am. Una abuela o abuelo es sinónimo de sabiduría, respeto e integración; es decir, un anciano indígena vive su vejez entregado a transmitir su conocimiento acumulado a las generaciones que van a tomar cargos civiles y ceremoniales, por lo tanto, su tarea principal es escuchar para orientar y/o problematizar con los miembros de la comunidad sobre los peligros que pueden poner en riesgo a la comunidad misma».Esta publicación, si bien es de México, sirve como muestra de la valoración que los indígenas, en general, dan a los ancianos de su comunidad. ¿Qué les parece?
Juanjo: Me parece extraño, porque entre nosotros no es así. Los ancianos ya están jubilados y se dedican a descansar.
Anita: A mí me da mucha pena ver a los ancianos excluidos de nuestra sociedad. Pareciera que se les dice: vayan, estén tranquilitos en sus asilos y procuren no molestar, por favor…
Santi: Qué fuerte es lo que dices, pero es lo que ocurre. Además, en nuestro país, la jubilación la tienen unos pocos nada más. La mayoría no tiene ningún ingreso y vive de la buena voluntad de la familia, y esa voluntad no siempre existe…
Facu: No siempre existe, Santi, pero también es cierto que muchas familias apenas pueden con el día a día y, entonces, vemos en las noticias ancianos abandonados o que viven en la calle pidiendo limosna.
Lauri: Estos indígenas demuestran que son mucho más civilizados y prácticos que nosotros. Un adulto mayor ha acumulado tanta experiencia, conocimientos y sabiduría. ¿Por qué no aprovechar todo eso para guiar a los más jóvenes?
Facu: Siempre escuché decir a mi mamá que la madurez de una sociedad está marcada por cómo trata a sus miembros más débiles: los niños y ancianos. Está visto que como sociedad somos inmaduros e injustos al darles un trato despreciable a los ancianos en particular. Por qué, por ejemplo, no se les tiene en cuenta a los adultos mayores para aconsejar y dirigir a los más jóvenes; se desperdicia todo ese caudal de conocimientos acumulados. Seguimos eligiendo como autoridades y guías a gente inexperta, que solo nos venden espejitos…
Juanjo: Porque nos gustan los espejitos. Cada pueblo tiene la autoridad que se merece, ¿no?
Profe: Bueno, la reflexión ha sido muy interesante, pero me interesa que, además de mirar hacia afuera, miremos un poco también hacia adentro, ¿Cómo estamos cada uno respecto a la valoración de nuestros mayores, abuelos y los ancianos de nuestro barrio?
¿Qué podemos hacer cada uno y como grupo por ellos? ¿Qué actitud es necesaria para valorar a las personas por lo que son y no por lo que tienen?
En grupos de tres contesten estas preguntas y, luego, compartan sus reflexiones para buscar algunos acuerdos y acciones que realizar. ¡Manos a la obra!
Fuente: https://bit.ly/2HkxWVR