Ser generoso, magnánimo

Magnánimo: «es quien tiende a cosas grandes, a valores sumos»; para Aristóteles «es el orgulloso sentimiento de sí mismo de un hombre que tiene plena conciencia de su valor. Persigue la fama, pero no es vana ambición, sino firme voluntad de ser digno de honor». Los padres y maestros deben incorporar este valor a la educación.

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Veamos el siguiente caso

Durante la Guerra del Chaco (1932-1935) se evacuaban del frente de batalla numerosos heridos, la ciudadanía —sobre todo las mujeres— ha demostrado en sumo grado sentimientos de solidaridad. Por otro lado, varios colegios suspendieron sus clases para que las aulas se convirtieran en improvisadas salas de hospital.

Y ayer, los padres de Sol (del 9.° grado) fallecieron en un accidente de tránsito. De inmediato, el curso adoptó a la compañera para cubrir todas sus necesidades personales y académicas. Estas dos muestras de vidas nos reflejan ejemplos de corazón abierto, magnanimidad y generosidad.

1. Reflexiona y contesta.

a. ¿Cómo motivas a tus hijos para que sean generosos, sensibles a las necesidades de los otros? Da dos ejemplos.

b. ¿Cuáles son los beneficios de tener hijos solidarios? Fundamenta tu respuesta.

c. ¿Qué acciones cotidianas de los padres pueden evitar en los hijos los antivalores del egoismo y la codicia?

2. Marca con SÍ o NO según estés o no de acuerdo con las siguientes proposiciones.

a. La magnanimidad enaltece el espíritu de la persona; la vuelve humilde y grande a la vez.

NO

b. El ser generoso no resuelve el dolor de la gente.

NO

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