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Poco a poco están pasando los días de intenso frío, y la temperatura es más apropiada para sembrar hortalizas en casa. La obtención de productos agrícolas puede ser una práctica fácil, esto se puede constatar si una familia decide tener una huerta en el fondo de la casa para cosecharlos.
Tener cebollita de hoja, perejil, tomate, locote, ajo, albahaca, entre otros, es factible si disponemos de un pequeño espacio en la casa –aunque reducido, muchos en un área de 2 x 2 hacen maravillas –.
Una familia que dispone de una huerta familiar evita consumir productos nocivos para la salud, como los químicos que suelen hacer más grandes y vistosos los productos, pero en última instancia alteran la producción natural orgánica. Sin caer en un extremo de desconfianza, la consigna hoy día es «sembremos para consumir productos saludables».
Un punto de partida interesante de la producción familiar puede ser la pequeña huerta orgánica, ya sea en la ciudad o el campo. Este tipo de experiencia puede ser una actividad en la que todos los miembros de la familia pueden participar. Si la práctica es en el campo, no solo se puede pensar para el consumo familiar, sino extender la práctica para la venta. Actualmente, existe mucha demanda de los productos naturales, pues tienen un precio un poco más elevado, pero son productos confiables, es decir, libres de cualquier tipo de químicos.
De esta manera, podemos ver que la familia y la siembra de los recursos de la tierra están muy unidas, aquí se combinan lo económico y ambiental, el aspecto social y cultural; así la agricultura familiar es una «forma de vida» que tiene como principal objetivo «vivir más dignamente», manteniendo los lazos fundamentales de la familia. Es interesante tener presente que muchas de las prácticas de huertas familiares tuvieron sus comienzos en las huertas escolares, desde allí se replicaron las primeras semillas para el comienzo de la agricultura familiar.
¿Qué podemos hacer?
Con la ayuda de nuestros padres disponemos un sitio en el fondo de nuestro patio en la casa, y allí llevamos a cabo la experiencia de nuestra huerta orgánica. Las prácticas básicas son:
- Disponer el lugar.
- Protegerlo de animales, fabricando una pequeña cerca.
- Eliminar malezas.
- Fertilizar la tierra con abono orgánico.
- Tener dispuesto un pequeño semillero.
- Sembrar.
- Cuidar el sembradío.
- Cosechar.
Actividades
1. Elabora un pequeño diseño de huerta en casa.
2. Realiza la experiencia siguiendo el diseño.
3. Comparte con tus compañeros la experiencia de la huerta en casa.