¿Se puede educar a los padres?

Estamos iniciando el año escolar y desde aquí intentaremos colaborar en los diferentes puntos que se refiere al relacionamiento de los miembros de la comunidad educativa y los fenómenos que se dan en torno a los mismos. Recordemos que cada experiencia vivida es una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. ¡Bienvenido 2014!

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André Isambert, presidente de la escuela internacional para padres (FIEP), con sede en Sevres, Francia, en su libro de 1963 sobre escuela para padres, aporta algunas reflexiones interesantes. Hasta el siglo XVI, no aparece en la lengua francesa la palabra “educación” y aún en 1649 la Academia Francesa la equipara con “enseñanza”. El concepto de educación fue diferenciándose del de enseñanza solamente con el transcurso del tiempo.

Aprendizaje y educación por lo tanto, no significan lo mismo. Entendemos por enseñanza la incorporación de conocimientos, mientras que la educación es la adquisición de hábitos y cualidades y el desarrollo y perfeccionamiento de la personalidad en su conjunto. La educación por ende implica la incorporación de lo aprendido haciéndolo propio, lo que modifica a la persona en su conjunto. Implica a su vez, no solo la integración de la dimensión de lo emocional, sino también necesariamente la presencia y la realidad del otro.

Para los padres, trabajar en su autoeducación, implica necesariamente un replanteo de su relación con los propios padres y la apropiación de los recursos más sanos de su personalidad. El intercambio con los otros padres crea las condiciones óptimas para esta tarea, tanto por el clima de confianza como por la identificación y la diferenciación que permite el confrontar con la situación de otros padres.

¿Qué garantía tienen los padres que la orientación que le brindan es la apropiada?

Podemos decir que es habitual el hecho de que criterios aceptados en un momento histórico y bajo ciertas circunstancias son abandonados luego en virtud de nuevos descubrimientos. En una época, por ejemplo, se recomendaba que el bebé durmiera con la cara hacia abajo y en otro momento la recomendación era que lo hiciera hacia arriba. Del mismo modo, en algún momento el amamantamiento se realizaba en rígidos horarios pautados con anterioridad, a los que el bebé debía adaptarse, y en otro se recomendaba la libre demanda.

Esto pone en evidencia que lo que hace efectiva la educación de padres es la creencia de un método basado en observaciones admitidas por el contexto profesional y social, que si bien son coyunturales, ayudan a los padres brindándoles seguridad y coherencia en su acción.

De todas maneras, la educación de padres no necesariamente busca que ellos cambien en un dirección determinada, sino tan solo hacerlos reflexionar a fin de que puedan lograr una mayor madurez y responsabilidad para resolver por sí mismos las dificultades.

Actividad

Como tarea analiza si tienes predisposición habitual para incorporar nuevos conceptos y modificar tu conducta para mejorar tu relacionamiento con tus hijos y en caso de no ser así trata de explicar el porqué.

Fuente: Escuela para padres, 50 años después. Susana García Rubio.

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