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La lectura analítica
Cuando debemos realizar un trabajo práctico, buscamos información en diversas fuentes, como libros, revistas o páginas de Internet. Pero no todo lo que encontramos responde exactamente a nuestro tema. Por eso necesitamos leer todos los textos hallados, entender lo que dicen, descartar aquellos datos que no nos interesan en ese momento y añadir otros. En esto consiste la lectura analítica o comprensiva.
¿Es necesario leer todo?
No. Antes de gastar mucho tiempo leyendo todo un libro o un capítulo ayuda mucho realizar la prelectura, que consiste en la revisión rápida del material para saber si es de lectura indispensable para la tarea. Se revisa el título del libro, el índice, los autores, entre otros.
Por ejemplo, si el trabajo es sobre Métodos de control de la natalidad y contamos con una enciclopedia de Salud, nos fijaremos si en el índice figura este tema; si no es así, consultaremos en otra fuente. Si encontramos, procederemos a una primera lectura. No debemos preocuparnos si todavía no comprendemos bien; un libro se lee a una velocidad proporcional según su grado de dificultad.
Aunque parezca cansador, es necesario volver a leer el texto, esta vez con un lápiz en mano; recién ahora estamos en la lectura analítica y somos capaces de entender cabalmente. Subrayamos las ideas principales. Marcamos las palabras desconocidas, copiamos al margen y escribimos sus significados con ayuda de un diccionario; además de comprender el texto, aumentaremos el vocabulario.
Algunas técnicas que ayudan a la lectura analítica
• Subrayado
• Notas al margen
• Resumen
• Síntesis
El subrayado
Su objetivo es destacar las ideas principales del texto. Se subraya aquello que no se puede suprimir sin alterar la información. Esta técnica se aplica recién en la segunda lectura. Se recomiendan líneas rectas para las ideas principales y onduladas para las secundarias, de modo que sea más fácil distinguirlas visualmente.
Actividades
. Practica la lectura analítica aplicando las técnicas del subrayado en el siguiente texto.
El plato saludable
Si comer bien es tu propósito, te presentamos el plato saludable, una guía creada por expertos nutricionistas para enseñarte a llevar una alimentación sana y equilibrada. Para seguirla al pie de la letra, llena tu plato con las porciones sugeridas en cada una de tus comidas.
Llena la mitad de tu plato con frutas y verduras. Mientras más color y variedad en esta parte del plato, mejor. Las papas no cuentan como vegetales por su alto contenido de carbohidratos.
Guarda un cuarto de tu plato para cereales integrales. Los granos enteros como el trigo, el arroz integral y los alimentos elaborados a partir de ellos como la pasta integral, tienen un efecto más suave con la glucosa en la sangre que el pan blanco, el arroz blanco y los llamados granos refinados.
Agrega una fuente saludable de proteína en el otro cuarto de tu plato. Elige pescado, pollo, legumbres o nueces, estos contienen nutrientes que benefician tu salud como los ácidos grasos Omega 3 en el pescado y la fibra en las legumbres. Reduce el consumo de carnes rojas como la de res y la de cerdo, y evita las carnes procesadas como el tocino y los embutidos.