Respeto

En las relaciones humanas el respeto es un factor fundamental para la convivencia armónica pero el mismo no solo se da en el exterior sino también en el interior de uno mismo respetando nuestro cuerpo, por ello hoy hablaremos de estas dos formas de respeto en la convivencia con los demás y en la convivencia con uno mismo.

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Convivencia interior, respetar nuestro cuerpo

Tu cuerpo es único, al igual que tu nombre y tu familia. Tu apariencia física es como la envoltura de un regalo, lo más importante está adentro; con tu cuerpo sucede algo parecido, porque, de alguna manera, es el regalo que la naturaleza te hizo a ti para disfrutar de todo cuanto hay en ella. No importan su tamaño, su color, ni su forma tanto como el hecho de conservarlo en buenas condiciones, y no solo en su envoltorio, sino también en su contenido. Respetar tu cuerpo es ser agradecido con la naturaleza, y una de las formas de respetarlo es aceptándolo tal cual es y, debes lucirlo con orgullo.

Tiempos de cambios

Es probable que un día te mires en el espejo y encuentres que la imagen que te devuelve no es aquella que reconocías y que te era tan familiar. ¿Que sucede? Entre los 10 y 14 años el cuerpo atraviesa un proceso de grandes cambios con los cuales abandonas la niñez y comienzas la pubertad.

Construyendo valores

Es importante que seas paciente y tolerante con tu cuerpo. No te enojes con él si crece demasiado a prisa. Confía tus dudas e inquietudes a aquellos que sepan más que tú y procura siempre que tus incertidumbres sean respetadas. Crea en tus pares un espacio de confianza para que cada uno pueda expresar los propios cambios y estados de ánimo. De esa manera, verás que esto le sucede a todos.

Iguales pero distintos

Si las personas no pudiésemos encontrar algo igual entre nosotras, no podríamos reconocernos como tales. Esta es la posibilidad de ser para el otro lo que el otro es para mí, más allá de que tú seas joven y el otro mayor, blanco o negro, pobre o rico, enfermo o sano, inteligente o no. “Soy humano y nada de lo que es humano puede parecerme ajeno”.

Como quieras que te traten, trata a los demás

“No hagas al prójimo lo que no deseas que te hagan a ti”, pero un humorista famoso lo transformó de esta manera: “No hagas a los demás lo que desees que te hagan a ti; ellos pueden tener gustos diferentes”.

Ambos son absolutamente ciertos y tienen que ver con los derechos; el primero valoriza el derecho de ser tratado como un semejante o como un igual, en el segundo se rescata el derecho a la diferencia, a no ser idénticos. Hemos empleado varias veces la palabra “derecho” y tal vez valga la pena aclarar que mucho tiene que ver con la justicia porque en definitiva “ser justos” no es más ni menos que poder ponernos en el lugar del otro y tratar de comprenderlo. ¡Inténtalo y comprueba los resultados!

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