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Esperamos haber conseguido reforzar las capacidades propias de los docentes a crear nuevos horizontes, que faciliten ese acompañamiento a nuestros hijos e hijas en un contexto tan difícil como es el que actualmente nos toca vivir con ellos; marcado por un ambiente lleno de posibles dificultades y amenazas que sobrellevar, como las nuevas tecnologías que dan posibilidades de aprendizajes, pero que también representan situaciones que pueden influir negativamente en nuestros niños y adolescentes, así como la influencia de la televisión, la facilidad con que se adquieren las drogas. Esto nos tiene que llevar a pensar en cómo preparar a nuestros hijos para este mundo, pero nos alienta el saber que podemos ayudarles en ese desafío, porque la vida no tiene un borrador, así que pensemos en cómo dibujar de experiencias, aprendizajes y recuerdos felices la vida de nuestros niños, porque «es más fácil construir niños fuertes que reparar adultos rotos» (Frederick Douglas).
Muchas veces escuchamos a los adultos decir «a mí me pegaron con cinto y salí bien», sin embargo, hoy sabemos que nuestros niños viven otras situaciones que requieren otro tipo de educación. Por dar un ejemplo, muchos niños tienen acceso indiscriminado a juegos violentos, a ver cualquier cosa en internet, una situación como esa no se soluciona con padres que peguen a sus hijos. Se requiere padres diferentes a los nuestros, que pongan límites de maneras diferentes, conozcan a sus hijos, los escuchen, los contengan en las situaciones difíciles, les den atención, apoyen en sus tareas, que les den horarios, sepan dónde están, qué están haciendo y con quién. Que conozcan las etapas del desarrollo, lo que es normal y lo que tiene que llamarles la atención.
Esperamos que este espacio haya logrado y siga logrando su objetivo, que haya generado y siga generando un espacio de:
- Debate sobre la situación actual de la sociedad y cómo influye en nuestros hijos.
- Análisis de información de interés o actualidad.
- Reflexión sobre nuestras conductas, y ensayar reacciones frente a los problemas y conflictos cotidianos.
- Analizar nuestros valores y pautas de crianza.
- Establecer de forma participativa estrategias de prevención y protección, potenciación y promoción de la infancia.
La formación de las familias y los centros educativos implica un nuevo enfoque marcado por la participación y responsabilidad en nuestro rol de educar no solo para transmitir contenidos académicos, sino formar un mejor ser humano.
La formación de padres y madres no puede dejarse al azar, o a reproducir viejas prácticas que nos darán una sociedad cada vez más enferma, se necesitan una formación continua con estrategias innovadoras y eficaces. La educación es un derecho, y nuestros padres y madres deben acceder a ese derecho para tener la posibilidad de educar cada vez mejor a sus hijos.
Esperamos que la propuesta les haya sido útil y acorde a las necesidades de las comunidades donde van a ser implementadas. Muchas gracias.