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Las técnicas e instrumentos para recoger información son variados: un debate, un diálogo, elaboración de trabajos, además de instrumentos más específicos:
a) Análisis de su ficha de matrícula (ficha personal): Aquí podemos encontrar datos de su escolaridad, su historia educativa; rasgos que diferencian y conforman la historia personal de cada alumno.
b) Registro de los saberes previos: Se realiza preferentemente en la evaluación inicial, es decir: tiene como finalidad obtener información acerca de los conocimientos, habilidades y actitudes que poseen los alumnos y alumnas a quienes va dirigida la acción educativa.
Esta evaluación se realizará días antes de poner en práctica el proyecto pedagógico, unidad de aprendizaje o módulo. Es interesante recoger las respuestas o motivaciones de los alumnos como base fundamental para la programación curricular del aula.
No existen técnicas y/o instrumentos específicos para esta tarea; cada docente deberá elegir el que más se adecue a su línea metodológica. Se recomienda efectuarla días antes de llevar a la práctica la nueva programación.
Se sugiere:
- Una actividad: Salida relacionada con las acciones a desarrollar en los próximos días y que se programará a través de una unidad de aprendizaje, módulo o proyecto pedagógico.
Es necesario presentar estas acciones como una experiencia más en el aula y no como pruebas de examen.
Para reflexionar:
La evaluación debe ser un proceso permanente en la vida de ser humano. Desde niño se debe aprender a valorar todo aquello que se hace y se deja de hacer para adquirir el sentido de la responsabilidad de sus actos. De esta manera, se distingue lo que es perjudicial o beneficioso. Asumimos la evaluación como una actividad reflexiva.
Cuando la formación integral es la finalidad principal de la enseñanza, su objetivo es propiciar el desarrollo de las capacidades y actitudes de la persona y no solo privilegiar las habilidades cognitivas. La evaluación permitirá focalizar la actuación en las posibilidades personales de cada uno de los alumnos.
a) Análisis de su ficha de matrícula (ficha personal): Aquí podemos encontrar datos de su escolaridad, su historia educativa; rasgos que diferencian y conforman la historia personal de cada alumno.
b) Registro de los saberes previos: Se realiza preferentemente en la evaluación inicial, es decir: tiene como finalidad obtener información acerca de los conocimientos, habilidades y actitudes que poseen los alumnos y alumnas a quienes va dirigida la acción educativa.
Esta evaluación se realizará días antes de poner en práctica el proyecto pedagógico, unidad de aprendizaje o módulo. Es interesante recoger las respuestas o motivaciones de los alumnos como base fundamental para la programación curricular del aula.
No existen técnicas y/o instrumentos específicos para esta tarea; cada docente deberá elegir el que más se adecue a su línea metodológica. Se recomienda efectuarla días antes de llevar a la práctica la nueva programación.
Se sugiere:
- Una actividad: Salida relacionada con las acciones a desarrollar en los próximos días y que se programará a través de una unidad de aprendizaje, módulo o proyecto pedagógico.
Es necesario presentar estas acciones como una experiencia más en el aula y no como pruebas de examen.
Para reflexionar:
La evaluación debe ser un proceso permanente en la vida de ser humano. Desde niño se debe aprender a valorar todo aquello que se hace y se deja de hacer para adquirir el sentido de la responsabilidad de sus actos. De esta manera, se distingue lo que es perjudicial o beneficioso. Asumimos la evaluación como una actividad reflexiva.
Cuando la formación integral es la finalidad principal de la enseñanza, su objetivo es propiciar el desarrollo de las capacidades y actitudes de la persona y no solo privilegiar las habilidades cognitivas. La evaluación permitirá focalizar la actuación en las posibilidades personales de cada uno de los alumnos.