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Las plantas de nuestro huerto se reproducen, en la gran mayoría, por semillas, y otras pocas, por esquejes. Las semillas que vamos a necesitar para el siguiente ciclo de cultivo podemos producirlas nosotros mismos, teniendo en cuenta el ciclo de vida de las plantas, anual o bianual.
Las plantas anuales desarrollan sus semillas durante su ciclo de producción, dentro del mismo año. Por ejemplo, si no cosechamos la lechuga en el momento que está lista para el consumo, entonces empezará a estirarse, endurecer sus hojas y desarrollará un tallo central en el que se formarán las flores y luego las semillas que recogeremos para los siguientes cultivos.
Las plantas bianuales necesitan más tiempo para desarrollar las flores y, por lo general, necesitan pasar una invernada.
¿Por qué producir nuestras propias semillas?
Las plantas que cultivamos en nuestro huerto van desarrollando algunas características de adaptación al medio ambiente y a las plagas comunes en la zona.
Por ello, es bueno obtener las semillas de las plantas que mejor se desarrollaron en el huerto para aprovechar sus características.
La producción de semillas es fácil, económica y segura.
¿Cómo seleccionamos las plantas de las que sacaremos las semillas?
Para elegir las plantas, debemos ser observadores. Pero ¿qué debo observar?
El crecimiento: las plantas con mejor desarrollo en menor tiempo.
La resistencia: las plantas que presentan mayor resistencia a los cambios ambientales (frío, calor, humedad, sequedad) y a los ataques de las plagas.
La producción: mayor y mejor calidad en hojas, tallos, frutos, raíces o semillas, según la finalidad de la planta.
Las plantas que tienen estas características son las que iremos dejando para la producción de semillas.
¿Cómo se hace para producir las semillas?
Se inicia con la observación y selección de las plantas con las mejores características. A estas plantas que seleccionamos las dejaremos completar su ciclo evolutivo. Esto es, las dejaremos florecer y formar frutos y semillas.
Si las plantas son productoras de frutos carnosos como el tomate, debemos dejar las frutas seleccionadas por mayor tiempo en la planta para que pueda desarrollar bien las semillas.
Si producen vainas, dejaremos que las mismas maduren y sequen en la planta antes de cosecharlas.
Un toque de distinción (II)
PIMIENTA
Reina de las especias, ya que es un complemento esencial para todos los platos. Tarda ocho años en producir, pero luego produce por veinte años.
La verde tiene un sabor suave y frutal y se la cosecha antes que madure.
La negra es la que se obtiene de los granos verdes secados al sol.
De la variedad blanca, se dejan madurar las bayas hasta que tomen un color rojo, luego se sumergen en agua para pelarlas y de esta manera obtenemos los granos blancos. Las distintas variedades de pimienta que obtenemos, las utilizamos para condimentar una infinita gama de alimentos, desde jugos, salsas, guisos, carnes, etc. Siempre es preferible molerla en el momento y casi al final de las preparaciones.
COMINO
Tiene un singular y muy fuerte sabor que lo caracteriza, por eso se debe usar con moderación,
para que no predomine la especia por encima de los ingredientes de la receta.
Las plantas anuales desarrollan sus semillas durante su ciclo de producción, dentro del mismo año. Por ejemplo, si no cosechamos la lechuga en el momento que está lista para el consumo, entonces empezará a estirarse, endurecer sus hojas y desarrollará un tallo central en el que se formarán las flores y luego las semillas que recogeremos para los siguientes cultivos.
Las plantas bianuales necesitan más tiempo para desarrollar las flores y, por lo general, necesitan pasar una invernada.
¿Por qué producir nuestras propias semillas?
Las plantas que cultivamos en nuestro huerto van desarrollando algunas características de adaptación al medio ambiente y a las plagas comunes en la zona.
Por ello, es bueno obtener las semillas de las plantas que mejor se desarrollaron en el huerto para aprovechar sus características.
La producción de semillas es fácil, económica y segura.
¿Cómo seleccionamos las plantas de las que sacaremos las semillas?
Para elegir las plantas, debemos ser observadores. Pero ¿qué debo observar?
El crecimiento: las plantas con mejor desarrollo en menor tiempo.
La resistencia: las plantas que presentan mayor resistencia a los cambios ambientales (frío, calor, humedad, sequedad) y a los ataques de las plagas.
La producción: mayor y mejor calidad en hojas, tallos, frutos, raíces o semillas, según la finalidad de la planta.
Las plantas que tienen estas características son las que iremos dejando para la producción de semillas.
¿Cómo se hace para producir las semillas?
Se inicia con la observación y selección de las plantas con las mejores características. A estas plantas que seleccionamos las dejaremos completar su ciclo evolutivo. Esto es, las dejaremos florecer y formar frutos y semillas.
Si las plantas son productoras de frutos carnosos como el tomate, debemos dejar las frutas seleccionadas por mayor tiempo en la planta para que pueda desarrollar bien las semillas.
Si producen vainas, dejaremos que las mismas maduren y sequen en la planta antes de cosecharlas.
Un toque de distinción (II)
PIMIENTA
Reina de las especias, ya que es un complemento esencial para todos los platos. Tarda ocho años en producir, pero luego produce por veinte años.
La verde tiene un sabor suave y frutal y se la cosecha antes que madure.
La negra es la que se obtiene de los granos verdes secados al sol.
De la variedad blanca, se dejan madurar las bayas hasta que tomen un color rojo, luego se sumergen en agua para pelarlas y de esta manera obtenemos los granos blancos. Las distintas variedades de pimienta que obtenemos, las utilizamos para condimentar una infinita gama de alimentos, desde jugos, salsas, guisos, carnes, etc. Siempre es preferible molerla en el momento y casi al final de las preparaciones.
COMINO
Tiene un singular y muy fuerte sabor que lo caracteriza, por eso se debe usar con moderación,
para que no predomine la especia por encima de los ingredientes de la receta.