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La formación ético-ciudadana responde actualmente a necesidades diferentes, nuevos contextos y retos, por lo cual se precisa de ciudadanos preparados para participar activamente como integrantes de una sociedad. En ese sentido, desde el punto de vista didáctico, la Formación Ética y Ciudadana debe brindar respuesta a preguntas fundamentales respecto a su enseñanza en la escuela: qué enseñar, cómo enseñar y para qué.
Qué enseñar
No se trata de transmitir conocimientos, sino de desarrollar temas que deben ser objeto de reflexión permanente por los docentes, y enriquecidos a partir del análisis de situaciones concretas del contexto social. Hoy en día es imprescindible enseñar prácticas que eduquen al niño en el autoconocimiento, el juicio ético, la inteligencia crítica, el diálogo, la participación respetuosa de las diferencias, la tolerancia y el compromiso con la búsqueda del bien común.
Para qué
Se debe enseñar ética no con el objetivo de que los niños estudien los valores, sino para que aprendan a pensar, reflexionar sobre ellos y lo practiquen. Principalmente, se debe buscar que los niños estén dispuestos a aprender a lo largo de toda su vida, dado que en la sociedad actual, más que nunca, el conocimiento es un valor fundamental. La educación debe apuntar, además de enriquecer el conocimiento del niño, a la comprensión de sí mismo, del otro y de la sociedad de la cual forma parte.
El hogar
Los niños acuden a la escuela con «saberes previos» y prácticas de las normas morales, aprendidos y aprehendidos en sus hogares a través del ejemplo, los cuales serán muy significativos como referentes empíricos de la formación ética ciudadana en la escuela. Por lo tanto, enseñar consiste en posibilitar a los niños experiencias y espacios de reflexión que les permitan construir sus propios valores.
Toda formación ética debe apuntar a la educación en el pensamiento crítico, en la autonomía, en el desarrollo de las potencialidades creativas que brinda el pensar, y lograr así el desarrollo de todas sus potencialidades como ciudadano con derecho a decidir sobre sí mismo y los asuntos comunes.
La escuela debe estar preparada para enseñarles a los niños a asumir los desafíos que se plantean en el mundo actual. Por lo tanto, los docentes y padres deben ser conscientes de la importancia del rol de la escuela como institución social formadora del niño como persona y ciudadano útil para sí mismo, la sociedad y respetuoso de la naturaleza.
Fuente: http://www.feeye.uncu.edu.ar/