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Los comités educativos departamentales y regionales, en articulación con la Dirección de Gestión Social y Equidad Educativa y autoridades locales de las instituciones educativas afectadas, deberán:
Agotar todas las instancias edilicias antes de utilizar los espacios escolares como albergues, a fin de garantizar la educación de niños y adolescentes en situaciones de emergencia.
En caso de que en los albergues provisorios se encuentren una cantidad considerable de alumnos de una misma institución, comisionar a un personal de la misma para cumplir funciones en dicho lugar, desarrollando clases semiestructuradas, en la modalidad de plurigrado.
En los albergues, o sedes de acogida o escuelas de acogida se garantizará, a través de las aulas móviles, que los niños en situación de riesgo accedan a la educación con un profesional competente, que sea en lo posible de la misma institución de donde ellos proceden.
En caso de no contar con aulas móviles, en los anteriormente lugares mencionados, deben tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones:
- El espacio provisorio de aprendizaje debe garantizar las condiciones mínimas de confort.
- Debe proveer sombra.
- Buena iluminación.
- Ventilación adecuada.
- Sanitarios sexados.
- Mobiliarios acordes al nivel de los estudiantes.
- El espacio alternativo debe estar preparado para hacer frente a las posibles inclemencias del tiempo.
- Debe brindar protección contra temperaturas extremas, viento, lluvia o polvo. Estar lejos de aguas estancadas, lugares ruidosos, caminos o calles de alto tránsito, tendidos eléctricos, sitios de consumo de sustancias tóxicas, entre otros.
Promover la participación de todos los sectores de la sociedad, como organismos cooperantes, agencias humanitarias y otros actores de la sociedad civil, a fin de trabajar sobre la implementación de una educación recreativa, preparatoria y no formal con énfasis en alfabetización, comprensión lectora, aritmética básica, historia y habilidades para la vida, como la prevención del VIH-sida, la explotación y abuso sexual, además de la resolución de conflictos y hábitos de higiene. Estas actividades irían hasta la restauración de la educación formal, que no debe sobrepasar el periodo de tiempo sugerido de cuatro a seis semanas (30 días hábiles), como lo recomiendan las normas mínimas internacionales de educación en situación de emergencias (INEE).
Elaborado por el Ministerio de Educación y Cultura.