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Según Pedro Gómez Silgueira, periodista de Abc Color, el ka’avove’i (Trichilia elegans), el karanda’y poty y la flor de coco son elementos infaltables en los pesebres más tradicionales del Paraguay. De todos ellos, el ka’avove’i es el más amenazado, no precisamente por la cosecha para Navidad —que ya no es masiva—, sino por la desaparición de su hábitat: los bosques.
Hasta no hace mucho tiempo, la búsqueda del ka’avove’i era un ritual obligado en los días previos a la Navidad. En carretas o con las burreras venían los mazos reverdecidos y recién cortados listos para ser ofrecidos al paso, cuando Asunción todavía tenía bosques en derredor. Para encontrarlo no hacía falta alejarse mucho de la ciudad. Pero, actualmente, solo se lo encuentra en algunas zonas del país.
El uso del ka’avove’i quizás fue producto de la «imaginación tropical», a decir de Carlos Zubizarreta (Acuarelas Paraguayas), la misma que ha llenado siempre la recordación del nacimiento de frutos de estación, como sandías, melones, piñas y uvas y coloridos huevos pintados y rosarios de semillas. Dionisio González Torres, en su libro Folklore del Paraguay, da cuenta de la importancia del ka’avove’i o ka’avo rogue’i en la preparación del pesebre: «Entre el ramaje de ka’avove’i se colocan racimos de flores de cocotero de un hermoso color amarillo, y agradable y fuerte fragancia».
Para tener en cuenta
Otra característica del ka’avove’i es que no es cultivable porque requiere del bosque natural. Por ello, su utilización depende de la disponibilidad en su estado natural. En muchas regiones se lo remplaza por el karanda’y poty (flores de karanda’y), cuya extracción –al igual que la cosecha de la flor de coco– favorece el crecimiento de estas palmáceas.
¿Sabías que...
El ka’avove’i tiene por hábitat natural el sotobosque, es decir, entre las matas o los arbustos que se ubican bajo los árboles de un bosque. Son plantas de media sombra, umbrófilas, no crecen a pleno sol, sino dentro del bosque. Pertenece a la familia de las meliáceas, que incluyen especies como el cedro y paraíso, entre otros 51 géneros y 575 especies.
El ka’avove’i es una planta que acepta mucho la poda; por tanto, puede ser muy sustentable su utilización para las fiestas, siempre y cuando no se la corte completamente y no se destruyan los matorrales.
Fuente
GÓMEZ SILGUEIRA, P. (2014). Bajo la bóveda del ka’avove’i. Disponible en http://www.abc.com.py/edicion-impresa/locales/bajo-la-boveda-de-kaavovei-1319574.html